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La situación interna marroquí frena las negociaciones entre Rabat y Madrid

Por segunda vez en los dos últimos meses, los tres ministros económicos marroquíes, Azzedine Guessus, Taleb Bencheij y Bensalem Smili, dejaron esperando a sus colegas españoles, no han venido a Madrid, donde se les esperaba ayer.Los tres ministros marroquíes debían concluir con sus homólogos españoles la negociación global sobre pesca y cooperación, que tiene como plazo final para realizarse hasta el próximo día 30 de junio.

Esta vez, las razones de la posposición de la visita marroquí a España están relacionadas con la situación interna en ese país, después de unas elecciones que varios partidos políticos, entre ellos el Istiqlal, con ocho ministros en el Gobierno, han calificado de fraudulentas.

La primera visita de estos ministros marroquíes debía haberse celebrado en marzo, pero fue anulada por parte del Gobierno de Rabat, sin fecha determinada, por considerar que las contrapartidas españolas para este acuerdo, que se supone será el más importante entre los dos países en toda la historia del Marruecos independiente, eran insuficientes.

En vez de la visita marroquí, el jefe del Gobierno español, Felipe González, viajó a Rabat y después de una entrevista con el rey Hassan II decidieron llevar a cabo una especie de inventario de todos los problemas pendientes entre los dos países para proceder a darles solución de una manera global.

La visita que debía comenzar ayer y que comenzará el lunes próximo, cuando los negociadores estarán agobiados por la presión de los escasos 10 días que les quedan para llegar a una solución, tenía delante de sí importantes puntos en los cuales los técnicos ya habían agotado todas sus posibilidades y sólo la autoridad superior de los ministros podía romper el callejón sin salida en que se encontraban las discusiones técnicas.

Estas dificultades se reducen principalmente a la decisión marroquí ya expresada a los ministros de Agricultura, Carlos Romero, y de Transportes, Enrique Marín, durante la negociación de éstos en Rabat en febrero, de hacer que España reduzca en un 70% su esfuerzo pesquero en aguas marroquíes, pero mantener al mismo tiempo la reivindicación de importantes contrapartidas que la parte española consideró excesivas.

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