Reagan urge a Israel para que saque sus tropas de Líbano

En un discurso centrado en la política exterior de Estados Unidos, destinada a situar el país en "un nuevo camino hacia la paz", el presidente Ronald Reagan prometió garantizar la seguridad de las fronteras de Israel, tras la retirada de sus tropas de Líbano, y urgió el inicio de negociaciones de paz entre árabes e israelíes. Reagan criticó también el expansionismo soviético e insistió en la opción cero-cero para eliminar todos los mísiles nucleares del escenario europeo. "Esta Administración", dijo Reagan ante la convención anual de la Legión Americana, "está preparada para tomar todas las medidas necesarias que garanticen la seguridad en las fronteras del norte de Israel, tras la retirada de todas las tropas israelíes de Líbano". El presidente insistió en la urgencia de que Tel Aviv y los países árabes negocien un acuerdo de paz, "incluida una resolución que satisfaga los legítimos derechos del pueblo palestino". Recordando la necesidad de continuar el proceso de paz iniciado con los acuerdos de Camp David, Reagan pidió al rey Hussein de Jordania que apoye el esfuerzo común para integrar el equipo conjunto jordano-palestino "que debe negociar el futuro de los territorios de Cisjordania, Gaza y Jerusalén".

Presión a Jordania

Ronald Reagan, en la línea de su plan de paz para Oriente Próximo, propuesto en septiembre de 1982, quiere incluir a Jordania como vínculo en las negociaciones entre Israel y la OLP. Como paso previo a la posible negociación (rechazada, por otra parte, en las resoluciones del Consejo palestino celebrado en Argel) es imprescindible que EE UU logre la retirada de las fuerzas militares israelíes de Líbano.

De ahí que el discurso de Ronald Reagan haya ofrecido como contrapartida al gobierno de Tel Aviv la garantía de apoyo para la seguridad de sus fronteras. Se ignora cómo, aunque podría pasar por la presencia temporal de fuerzas norteamericanas en el sur de Líbano, mientras se negocia un acuerdo de paz entre Israel, Jordania y los palestinos. Actualmente Washington mantiene 1,800 infantes de marina en Líbano, que participan en la fuerza pacificadora que también integran Francia e Italia.

En otro orden de temas, Reagan insistió en la necesidad de reforzar el potencial militar estadounidense. "Estar preparados para la guerra es el mejor medio para preservar la paz", dijo el presidente, recordando la frase de George Washington. Para Reagan hay desequilibrio militar entre EE UU y la Unión Soviética, después de "dos décadas en que Moscú se ha lanzado a montar el mayor potencial bélico de la humanidad".

Reagan recordó que Estados Unidos sufre hoy el desdén heredado de la Administración Carter, época en que Norteamérica perdió influencia en el mundo, como demostraron la invasión por los soviéticos de Afganistán, los rehenes americanos en Teherán o los soldados cubanos en Angola. Para corregirlo y situar de nuevo a su país "en la ruta hacia la paz", Reagan defendió su programa de gasto militar, el mayor de toda la historia de EE UU en época de paz, con más de 236.000 millones de dólares para 1984.

Reagan recordó la necesidad de "reforzar las relaciones con los aliados de la OTAN" e insistió en la denominada opción cero-cero para la eliminación de "todos los misiles de alcance medio".