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La Generalitat valenciana podría oponerse a la puesta en marcha de la central de Cofrentes

El consejero de Industria y Comercio de la Generalitat valenciana Segundo Bru, del PSOE, ha manifestado a este diario que el Gobierno autonómico se opondrá por todos los medios a su alcance a la entrada en funcionamiento de la central nuclear de Cofrentes, si ésta no reúne unas condiciones de seguridad que la Generalitat considere aceptables. Añadió que las autorizaciones dadas por el anterior Gobierno de UCD no son consideradas satisfactorias y que la Administración autonómica valenciana está realizando estudios sobre la central para exigir nuevas condiciones de seguridad.Por su parte, el presidente de la Generalitat y secretario general del Partido Socialista del País Valenciano (PSPV-PSOE), Joan Lerma, afirma que el presidente del Gobierno, Felipe González, le aseguró en la reciente entrevista que mantuvieron que si Cofrentes entra en funcionamiento será con las más altas medidas de seguridad.

Estas declaraciones, sin embargo, contrastan con las realizadas en las últimas semanas por portavoces de Hidroeléctrica Española, empresa propietaria de la central. El director de explotación de la planta, Manuel Acero, ha asegurado en varias ocasiones que en abril de 1984 el reactor de Cofrentes se pondrá en funcionamiento de forma gradual hasta alcanzar su potencia máxima de 975 megavatios. Actualmente, la central está realizando las pruebas previas a su puesta en marcha y tiene almacenadas 114 toneladas de uranio que utilizará como combustible.

Según los plazos inicialmente previstos, y siempre según Hidroeléctrica, el uranio enriquecido será cargado en el reactor el próximo mes de octubre para comenzar las pruebas con combustible y poder iniciar el funcionamiento en abril de 1984. Una fuente de Hidroeléctrica manifestó a este diero que la compañía no hace sino cumplir sus previsiones de acuerdo con las autorizaciones de que dispone, si bien el proceso se podría frenar por decisión política.

La polémica sobre el emplazamiento de Cofrentes, muy contestado cuando se construyó la planta, se reabrió en octubre en función de las inundaciones. Si bien, según Hidroeléctrica, la central no llegó a inundarse, una parte de sus instalaciones exteriores quedaron dañadas y la compañía reconoce que en algún momento las comunicaciones con el exterior de las 1.200 personas que quedaron aisladas por las aguas en la central fueron "difíciles" (véase EL PAIS de 26 de octubre de 1982).

Medidas

Según Bru, en el caso de que la Generalitat decidiese oponerse a que la central funcione, "además de la presión política y la denuncia, podríamos poner fuertes dificultades por la vía de la actuación en materia sanitaria, ya que tenemos todas las competencias en materia de salud pública".Bru espera que esto no llegue a ocurrir, si bien matizó, con referencia a Cofrentes, que "hemos heredado una situación que no diseñamos nosotros y por ello estamos dispuestos a que se cumplan todos los requisitos de seguridad que estime necesarios la Generalitat valenciana". En este sentido, el riesgo que más preocupa a la Administración autonómica sería el derivado de "una posible catástrofe originada por la rotura simultánea de las presas de Alarcón y Contreras, de forma similar a lo ocurrido en Tous". "Aunque se nos ha dicho que ese riesgo está previsto", matizó, "estoy preocupado y me permito dudarlo después de la experiencia de Tous".

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Hay también otros posibles riesgos, que fueron los más esgrimidos por los detractores de la planta cuando se decidió su emplazamiento. Se trata fundamentalmente de que Cofrentes está en una zona de actividad sísmica y no sería descartable que fuese afectada en el futuro por un terremoto.

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