81 muertos
produjo el hundimiento de un edificio en la localidad turca de Diyarbakir. El edificio, de siete plantas y en el que se encontraban concentradas veintiocho familias, había sido construido sin licencia y el Ayuntamiento había advertido sobre su peligrosidad, pero la escasez de viviendas en esa zona llevó a su ocupación casi inmediata hace ahora un año.
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