Salvar el monumento a Colón de la oxidación metálica costará 50 millones
El Ayuntamiento de Barcelona ha destinado cincuenta millones de pesetas para sufragar las obras de reforzamiento de la estructura, del monumento a Colón, que se han iniciado en los últimos días. El monumento fue objeto de restauración durante el mes de mayo, para que pudiera servir de decorado natural de los actos previstos en sus aledaños durante el Campeonato Mundial de Fútbol. Sin embargo, ya entonces se había detectado un grave proceso de oxidación, que afecta seriamente a la estructura interior metálica, que, de no mediar arreglo, hubiera podido acarrear peligro a largo plazo
Los profesores Margarit y Buxadé, catedráticos de Estructuras de la Escuela de Arquitectura de Barcelona, son los autores de la solución técnica para salvaguardar el monumento a Colón. Solución técnica que consiste en un cilindro interior de hierro con estructura de hormigón con agujas, que comporta un peso adicional sobre la base, que asimismo se refuerza con micropilones de sostén. Esta innovación tecnológica en estructuras arquitectónicas supone que el monumento no deberá ser desmontado. Las obras no revisten, por otra parte, ninguna espectacularidad y en el exterior sólo se advierte la presencia de unos pequeños andamios y unos carteles de las dos empresas concesionarias.El delegado de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona, Oriol Bohigas, calcula que los trabajos interiores en el monumento tardarán aproximadamente unos tres meses en concluirse. Cuando se terminen, está previsto volver a poner en funcionamiento el ascensor que recorre toda la columna, más de cincuenta metros, y que tradicionalmente permitía contemplar una impresionante vista ciudadana. Las obras del ascensor fueron el primer aviso del estado de la oxidación del esqueleto de hierro del monumento. El ascensor lleva más de tres años sin funcionar, tras una aparatosa avería en la que durante varias horas permanecieron atrapados unos cuantos turistas. De acuerdo con un informe del arquitecto municipal, encargado de las obras de reparación del ascensor, era evidente que la estructura metálica que soporta la columna en su base se hallaba en condiciones muy deficientes.
Una comisión municipal de expertos diagnosticó posteriormente que la obra había sido proyectada acertadamente en su día con motivo de la Exposición Universal de 1888, pero que se había producido un proceso de envejecimiento de la estructura de metal. No hubo acuerdo sobre la causa del deterioro. La proximidad del mar, el efecto electroquímico de la lluvia sobre la base o la posible utilización de arena de playa para la cimentación de la obra se han barajado como posibles causas.
El monumento a Colón es obra de Gaietá Buigas, que ganó un concurso del Ayuntamiento en el último tercio del siglo pasado. Fue inaugurado durante la Exposición Universal de Barcelona. Su altura es de 60 metros y su estructura es de hierro fundido y piedra. La figura de Cristóbal Colón fue realizada en broce y es obra del escultor Rafael Atché, con una altura de siete metros. El dedo que señala la ruta del nuevo continente mide 45 centímetros, lo que da idea de su gigantismo.
El monumento se considera muy importante técnica y artísticamente, pues se sitúa dentro, de las obras de la arquitectura modernista de hierro. Sin embargo, a todo ello se le añade el especial carácter que le confiere su emplazamiento frente al mar, lo que ha hecho de él un símbolo de la ciudad, al final de las Ramblas. El concejal de Relaciones Ciudadanas, Raimon Martínez Fraile, manifestó a EL PAIS que, independientemente de su valor histórico-artístico, el monumento a Colón constituye "una seña de identidad de la ciudad, que debe salvaguardarse a cualquier precio Su salvaguarda coincide con las obras en el paseo del descubridor, tras la, cesión a la ciudad del Moll de la Fusta, que darán una nueva dimensión a la fachada marítima.
