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Los Reyes recibirán a Juan Pablo II en la Zarzuela

Los Reyes de España mantendrán una entrevista privada con Juan Pablo II en el palacio de la Zarzuela el día 2 de noviembre a las 9.30 horas. Por su parte, el Papa Wojtyla recibirá en la Nunciatura de Madrid a la colonia polaca. Con estas precisiones, ofrecidas por el secretario de la Conferencia Episcopal, Fernando Sebastián, a los directores de los medios informativos españoles, y también con la certeza de que no será el polémico arzobispo Paul Marcinkus quien acompañe al Papa, sino el secretario de Estado, cardenal Casoroli, flanqueado por su sustituto, el español Eduardo Martínez Somalo, se cierran, por el momento, las últimas revelaciones sobre los preparativos de este viaje largamente anunciado.

Juan Pablo II cumplió ayer el cuarto aniversario de su pontificado. Los repetidos atentados a su vida explican el riguroso silencio que el Gobierno español mantiene sobre las medidas de seguridad. Lo que se sabe es que el séquito del Papa está constituído por 24 personas. Una de ellas es su médico personal, dos representantes de Radio Vaticana y dos enviados del periódico oficial del Vaticano, l'Observatores Romano. Cinco guardias vaticanos acompañarán en todo momento al Papa, aunque esta vez faltará del panaroma de seguridad la contundente figura de Paul Marcinkus.Para sus desplazamientos, el Papa utilizará el avión, el helicóptero y el coche. Los desplazamientos entre Madrid, Valencia, Sevilla, Granada, Barcelona, Salamanca y Santiago de Compostela se efectuarán a bordo de un DC-8 de las Fuerzas Aereas españolas. Los comprendidos entre Guadalupe, Toledo, Segovia, Zaragoza, Loyola y Javier serán en helicóptero. Para el caso en el que los helicópteros tuvieran problemas para aterrizar en puntos como Monserrat o Loyola, hay previstas alternativas de transportes.

El automóvil que utilizará el Papa en sus desplazamientos por carretera será, según creía saber Fernando Sebastián, un Seat 131, que está siendo acondicionado con carrocería especial de cristal y abierta.

Para satisfacer la demanda de los muchos informadores extranjeros, acreditados para la visita del Papa a España, la Conferencia Episcopal ha contratado los servicios de seis traductores para el francés, alemán, italiano e inglés, de todos los discursos que pronuncie el Papa. Según el Secretario de la Conferencia Episcopal, éstos serán unos 40, cifra sensiblemente inferior a los 60 que otros han mencionado.

En estos momentos hay acreditados 450 medios de información de todo el mundo, entre diarios, revistas, agencias y emisoras de radio y televisión. El número de informadores que cubrirán el viaje se elevará a 2.200, de los que mil lo son de RTVE y EFE

Un sello del Papa, a catorce pesetas

Que la visita del Papa es algo más que la visita de un jefe de Estado y que un mero paseo pastoral, es algo de lo que están convencidos cuantos han intervenido en la organización del viaje: Gobierno, ayuntamientos, diputaciones, autonomías y diócesis. Para conmemorar este particular acontecimiento la Dirección General de Correos y Telecomunciaciones pondrá a la venta la próxima semana un sello conmemorativo. El sello tendrá un valor de 14 pesetas y se emitirán diez millones de ejemplares. Consistirá en una efigie de Juan Pablo II, con la leyenda "viaje de Su Santidad el Papa Juan Pablo II a España".La Iglesia española está preparando la visita de Juan Pablo II mediante una amplia catequesis que está llegando a los todos los pueblos y que afecta a niños, jóvenes y adultos. Según el responsable de la preparación de los actos litúrgicos en los que intervendrá Juan Pablo II, "el Papa viene fundamentalmente a España a rezar. Se le va a conocer como el gran liturgo, orante de la Iglesia universal y el gran profeta, aunque el motivo fundamental es la clausura del centenario de la muerte de Santa Teresa". Para evitar situaciones embarazosas, la Conferencia Episcoapal ha recordado a las delegaciones diocesanas que a Juan Pablo II no le gusta dar la comunión en la mano, sólo en la boca, por lo que es menester abstenerse de esta última modalidad. El Papa polaco ya se negó a dar la comunión a la hija de un embajador destacado en el Vaticano, porque se empeñaba en recibirla con la mano.

El primer plano que está ocupando la campaña electoral, vela de alguna manera el movimiento que se está produciendo en estas últimas semanas dentro de la Iglesia. Entre las publicaciones más recientes, cabe recordar a la revista Fomento Social, cuyo último número está dedicado a comentar la encíclica Laborem Exercens; los cristianos de base han concretado su aportación a la visita papal "en forma de comic, ya que es el vehículo de expresión más popular" y que han titulado' "¡Bienvenido Mister Papa!".

El semanario católico Vida Nueva, que acaba de estrenar director en la persona del periodista Pedro Lamet, titula el número monográfico dedicado al evento con un "Bienvenido a casa?". En el interior se da una detafiada información sobre la España que va a recibir a Juan Pablo II y sobre el Papa que viene. La Oficina de Estadística y Sociología de la Iglesia ofrece cifras de primera mano sobre los 23.039 sacerdotes españoles, cuyas altas, en 1981, fueron de 228 y las bajas ascendieron a 486. En el estudio sociorreligioso de los españoles se revela que un 33,1 % se dice de izquierda, el 21,2%, de centro y 0,5%, de extrema derecha.

Junto a las publicaciones habría que mencionar numerosos documentos de los distintos obispos españoles. Antonio Palenzuela es el obispo de Segovia, ciudad que visitará el Papa para venerar la tumba de san Juan de la Cruz, figura mística sobre la que escribió su tesis doctoral en Roma. El obispo comenta en voz alta que quizá el Papa venga a Segovia con la idea de encontrar viva la tradición de la que se nutrió su maestro.

El cardenal de Madrid, por su parte, escribe en su última carta cristiana que España se halla en una encrucijada en el aspecto religioso y que el Papa "no va a encontrarse con una comunidad cristiana tranquila y sosegada. Incluso encontrará, dentro de la Iglesia", añade, "actitudes un tanto apasionadas respecto a su persona y a la linea de su pontificado".

Esta preocupación coincide con la de Fernando Sebastián quien lamenta que en España "se ha desfigurado el perfil de Juan Pablo II, se ha tergiversado su magisterio, tachándolo de anacronismo o retardatario.

Pese a estas preocupaciones, la visita del Papa a España carece de las tensiones públicas que le ha acompañado en otros viajes, por ejemplo a la República Federal.

Escasa beligerancia en los cristianos de base

Las comunidades de base, que agrupan a la casi totalidad de las organzaciones críticas de la Iglesia española, aprobaron en su II Congreso, celebrado en el mes de septiembre, un documento sobre la visita del Papa que expresamente quiso mantener un tonto conciliador y escasamente crítico. "Con respecto al Papa Juan Pablo II", decían, "le manifestamos iluestra bienvenida y nuestro deseo de contacto y diálogo leal y por eso queremos que en su viaje por España los aspectos pastorales predominen sobre cualesquiera otros". El misino tono se detecta en la "reflexión de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) sobre la visita del Papa a la Iglesia española".Más crítica es la declaración publicada por Cristianos por el Socialismo. Cargan a la cuenta de las Conferencias Episcopales el estilo de los viajes de Juan Pablo, programados para batir records más que para proporcionarle un encuentro con la realidad del pais.Y concluyen: "esperamos que el Papa tome postura clara y descaradamente evangélica por la Esperanza y por la Paz. Si es así, bienvenido sea. De lo contrario, con el mayor sentímiento, tendríamos quizá que decirle: "más nos valiera que río hubiera venido".

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