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Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
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El miedo

Desde que murió Franco, el franquismo tiene miedo. El franquismo sociológico, claro. Y el mitológico. Don Gonzalo Fernández de la Mora, que sabe de eso, dice que el niño tiene miedo desde el cuarto mes de nacido. Parece que es un miedo ancestral, común a numerosas especies. Pero luego, si seguimos la argumentación crepuscular y filosófica, resulta que el niño de cuatro mesecitos tiene miedo a Felipe González.

El filósofo balmesiano no ha hecho sino proyectar su miedo en todos los bebés, rorros y orfelinatos del país. El dinero tiene miedo. En la película de Berlanga que se está montando, los ricos sacan el dinero de España en el tren de Lourdes, en la escayola de los milagrosos. Según el filósofo arriba gloriticado en negrita, que precisamente por no representar ya nada, representa al hombre común de la derecha, hay un miedo español y actual que es miedo al cambio, al País Vasco y a la violencia en general. El catálogo del miedo resulta un poco confuso, pero esta confusión se ve que es deliberada y busca la eficacia. A medida que Felipe, González se muestra más dialogante, más atemperado, más consuetudinario, la derecha/derecha tiene más miedo. El pacifismo de Felipe les espanta. Preferirían a un Felipe terror de sacristanes y agentes de Cambio y Bolsa, porque entonces ya habrían echado mano de la panoplia nacional. La paz socialista siempre ha hecho víctimas en el capitalismo. Por eso Felipe no debe pasarse. Tiene que dejar de atemorizar a los cambistas con su pacifismo.

Los politólogos del miedo dicen aue "los currinches de Alfonso éuerra espantan al personal". Yo no veo a Gómez Llorente de currinche. Toda la derecha culta le respeta, aparte de que la voz currinche, supervivida de viejos argots, me da como asco. Pero, los argots del miedo siempre hablan como nuestras tías, que las pobres vivieron muertas de miedo, sin saber a qué. Fernández Flórez, aquel reaccionario cuyo humor se ha mustiado en unos años, mientras el de Quevedo o Gracián sigue fragando, decía del socialismo español: "Le han crecido más los pies que la cabeza". Era una burla de las bases. Pobre. Fernández de la Mora, Cuyos filosofemas se mustiaron mucho antes que la gracia de don Wenceslao, resume el miedo en la inseguridad patrimonial y la expropiación de los ahorradores y los pensionistas. Cuando él era ministro, en el cuarentañismo, los pensíonistas no cobraban ni para papel de fumar o piedra de mechero. Jamás soñaron cobrar para tabaco, o sea, que se fumaban la medalla de cartón que les daba García Carrés. Las nacionalizaciones que no va a haber también le dan mucho miédo al filósofo. Pero él estuvo nacionalizado como ministro y parece que se dejó nacionalizar a gusto. Según él, ya todos tenemos miedo a todos, miedo unos de otros, y el consumismo, que es la alegría nacional, no hace sino distraer el miedo. Francis Montesinos pasa estos días su moda en el Palace ante un público aterrorizado. Cada nuevo y bello modelo es acogido con un aaaaagggh general de espanto. (Estoy haciendo Prensa/ ficción, como Fernández de la Mora). En cuanto a los escritores, GFM y el clásico Vives, señalan que el miedo les ha sumido en la "abyección del sometimiento y la lisonja". Durante el cuarentañismo, que fue una Edad de Oro/Plata, a la abyección del sometimiento y la lisonja se los llamaba Oficina de Orientación Bibliográfica, o sea censura.

Echamos de menos, en los ensayos del tan citado ensayista, la alusión al miedo único y real de los españoles: el golpismo. Al fin lo dice: al golpismo, subliminalmente, lo llama cólera. "Es la hora en que el instinto de conservación pasa a la ofensiva". Vuelve el genial Rodero con el genial Calígula de Camus. Más que a Calígula, cierta derecha añora a su caballo.

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