Saad Haddad, un mensajero del miedo
El comandante disidente libanés Saad Haddad, de 45 años, cuyas peculiares tropas -mezcla de milicianos y mercenarios- son acusadas casi unánimemente del asesinato masivo perpetrado el viernes y sábado en campos de refugiados palestinos en Beirut, colabora con el Ejército israelí, su valedor, desde 1978. Haddad se encarga del control de la frontera entre Líbano e Israel. Considerado por las autoridades libanesas como desertor, sus milicias dominan desde hace cuatro años una serie de enclaves cristianos en el sur de Líbano. Después de la invasión judía de junio, la jurisdicción de Haddad se ha extendido al norte del río Litani.Portavoces del comandante cristiano precisan que éste controla una población de alrededor de 400.000 personas y añaden que esperaba llegar a un acuerdo que consolidara su poder con el asesinado presidente Bechir Gemayel.
La trayectoria de Haddad, un mediocre militar nacido en una familia griega y católica del sur de Líbano, comienza a hacerse notoria a partir de la segunda guerra civil libanesa. En 1975, ya comandante y destinado a su región natal, inicia el proceso de control militar de la zona. Dos años después abre la frontera surlibanesa a las tropas invasoras de Israel. Y cuando el Ejército hebreo se retira, tres meses más tarde, le deja convertido en una espacie de virrey. Desde entonces, su pequeño ejército de 2.000 hombres -falangistas, chiitas, ex soldados regulares- es el dueño de un mini-Estado en el que viven las familias de 60.000 chiitas y 20.000 cristianos.
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