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Las reservas de divisas bajarán 2.500 millones de dólares en 1982, anuncia el Banco de España

Las previsiones que se manejan en los últimos tiempos en círculos oficiales sobre el descenso en el nivel de reservas en divisas para el conjunto del año se colocan en torno a una disminución de 2500 millones de dólares (unos 275.000 millones de pesetas), que se compensan con un menor endeudamiento exterior de la economía española, que, en cualquier caso, rondará los 30.000 millones de dólares en diciembre de este año, 2,5 veces el nivel de reservas en divisas y oro con que contará el Banco de España al cierre del ejercicio.

La balanza por cuenta corriente, según las previsiones oficiales, se cerrará con un saldo negativo de 4.700 millones de dólares, frente a los 5.866 millones del año pasado. El crecimiento del valor de las exportaciones, en torno a un 8%, unido a un menor incremento de las importaciones -que aumentarán en un 2,1%-, y la buena marcha que parece tener el sector turístico, cuyos ingresos aumentarán un 8%, según las previsiones, serán las causas básicas de esa mejora en el déficit de la balanza por cuenta corriente.Donde las previsiones no son tan halagüeñas es en el capítulo de capital a largo plazo, pues mientras en 1981 se produjo una entrada neta de 4.250 millones de dólares, para el año actual la cantidad se reduce a la mitad, e incluso puede bajar aún más, ya que se considera que en el segundo semestre del año habrá un saldo positivo de novecientos millones de dólares, mientras que las últimas tendencias parecen indicar un freno en la entrada neta de capitales a largo plazo.

El epígrafe de capital a largo plazo se divide en público y privado, y es en este último donde se está produciendo una mayor desviación sobre lo que había venido siendo normal en los años precedentes. De un saldo positivo superior a los 3.400 millones de dólares en 1981 se va a pasar a una cifra cercana a los novecientos millones de dólares, casi cinco veces menos que hace un año. Aunque las inversiones directas extranjeras en España se espera que crezcan algo en relación al año pasado, los créditos exteriores muestran una clara disminución en las cifras totales, que pasan de más de 4.000 millones de dólares a 2.900 millones.

Por otro lado, las cargas financieras derivadas de las inversiones directas y de los créditos procedentes del exterior anteriores a este año tienen un aumento considerable -algo más de quinientos millones de dólares-, debido sobre todo al aumento de los tipos de interés en los mercados internacionales. Dentro del capital a largo plazo, además de una menor entrada, hay que tener en cuenta también el crecimiento de las inversiones netas españolas en el exterior y, sobre todo, del aumento de los créditos concedidos por instituciones y bancos españoles a empresas o terceros países. En el caso concreto de los créditos, se ha pasado de un crecimiento de 626 millones de dólares en 1981 a una previsión de 1.300 millones de dólares para todo 1982. Créditos que han ayudado de forma clara al importante tirón experimentado por las exportaciones españolas, que de otra manera no habrían alcanzado unas cuotas tan elevadas.

Objetivos del sector público

Mientras que el sector público va a cubrir la mayor parte de sus objetivos en cuanto a captación de capital a largo plazo, con unos ingresos de 2.100 millones de dólares, a los que habrá que restar ochocientos millones de amortizaciones, puede que no ocurra lo mismo con las previsiones de financiación neta española hacia el exterior. Dados los actuales momentos por los que pasan varios de los principales países que han recibido financiación pública española, que aplazan y renegocian el servicio de ladeuda que tienen con todas las naciones, lo más probable es que la previsión de salida neta de cien millones de dólares sea algo mayor.Con este cuadro de previsiones de balanza de pagos, según el registro de caja del Banco de España, el descenso de reservas debería ser de 1.800 millones de dólares, siempre y cuando la balanza de capital arrojara un saldo positivo de 2.900 millones de dólares.

La pérdida de reservas exteriores esperada para este año, compensada en parte: por un aumento menor de la deuda externa en 1982, preocupa en los círculos oficiales. Descontado el valor del oro, las reservas en divisas convertibles a finales de 1982 estarán próximas a los 8.000 millones de dólares, que equivalen a poco más, de dos meses del total de importaciones.

La deuda externa, que creció en 4.000 millones de dólares en 1981, lo hará en 19132 en 2.100 millones, rondando los 30.000 millones de dólares, cifra que, aunque no grave, sí empieza a ser preocupante.

El fantasma de una estabilización profunda, con un ajuste en las paridades de la peseta frente a las demás monedas, pero con medidas de control eficientes del gasto público, se acerca cada vez más a medida que se van conociendo los datos del año actual. El problema, se reconoce en fuentes oficiales, está en que una devaluación formal de la moneda, aunque favorecería una expansión limitada de las exportaciones, dados los niveles de crecimiento del mercado mundial, implicaría automáticamente un encarecimiento de las importaciones que tienen un comportamiento rígido en relación a su precio.

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