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Los principales bancos españoles temen no recuperar los créditos concedidos a algunos países latinoamericanos

La gran banca privada española, cuya costa de América Latina ha sido una nota dominante de su espectacular desarrollo durante los últimos años, está asistiendo con una mezcla de incertidumbre y preocupación a la evolución de la asamblea general del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial, que se celebra en Toronto. La sorprendente crisis mexicana, que amenaza con extenderse a Argentina, Venezuela, Chile y Perú ha cortado la respiración a los bancos españoles, que temen ver convertidos en fallidos los importantes créditos concedidos en dichos países.

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Cuatro presidentes de los siete grandes y casi la totalidad de sus consejeros delegados y directores de la actividad internacional se encuentran desde hace días en Toronto siguiendo al minuto las discusiones de las reuniones del FMI y Banco Mundial. La búsqueda de una solución momentánea por estos organismos a los problemas de los países en quiebra teórica es para la banca privada mundial y española un tema de decisiva importancia.Aunque, según fuentes solventes, una estimación aproximada del dinero español afectado por la crisis financiera de Latinoamérica está siendo realizada a marchas forzadas por las instancias competentes, un mínimo de 10.000 millones de dólares en crédito puro podría verse envuelto en lo que se presenta como dinero pendiente de refinanciación. De esta cantidad, un quinto solamente (1.750 millones de dólares) está concentrado en México y los porcentajes bajan sólo ligeramente al hablar de Argentina, Venezuela, Chile, Nicaragua o Brasil.

Aparte de los créditos soberanos y de la deuda avalada por los Estados, fuentes solventes estiman que la mayor parte del riesgo español en América Latina se concentra en el crédito al comprador y en la financiación de las actividades comerciales. No parece, en este sentido, que vayan a existir grandes problemas para recuperar los créditos avalados, pero sí puede haber importantes retrasos y hasta fallidos en los préstamos privados que, tratándose de operaciones de financiación a la exportación, no hayan sido aseguradas previamente por la Compañía Española del Seguro a la Exportación (CESCE).

El vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía y Comercio, Juan Antonio García Díez, reconoció ayer en Toronto la existencia del problema, aunque le restó cierta importancia. El ministro español sí admitió problemas del lado de las operaciones comerciales, pero mostró la esperanza de que en el resto se llegue a acuerdos de refinanciación. García Díez celebró ayer una cena con los principales banqueros españoles presentes en Toronto.

Por otro lado, la reciente participación de bancos españoles en los sistemas bancarios internos de los países latinoamericanos y las operaciones concertadas con empresas e instituciones privadas incrementan el grado de riesgo, sobre todo para algunas de las entidades de crédito hispanas. El temor a una virtual nacionalización de la banca privada en algunos países, para los que México puede ser un ejemplo a seguir, puede ser un factor adicional de nerviosismo, junto a las sucesivas devaluaciones, que dificultan la amortización en dólares de los créditos.

Tres bancos muy afectados

Fuentes solventes presentan a tres bancos, dentro de los ocho que encabezan el ranking de la banca española, como los más tocados por una poco probable quiebra financiera en América Latina. Estos tres son los que más riesgos y volumen de negocios han contraído, bien en operaciones poco aseguradas, bien por las cantidades envueltas, en los países del Cono Sur y México. La reciente compra por el Central de una institución de crédito chilena y la adquisición en Nueva York de la Argentina Bank Corporatión (entidad especializada en exportación), la voluminosa actividad del Exterior en algunos países y la histórica vinculación del Santander en el continente es un botón de muestra de la situación.Pero el problema se extiende, prácticamente, a la totalidad de la gran banca. El Hispano, por ejemplo, posee una participación del 3% en el Banco Nacional de México (Banamex), ahora nacionalizado con el resto, y la expansión del Bilbao y el Vizcaya por el continente también ha sido significativa. Quizá sólo el Banesto y el Popular, por su limitada expansión internacional, podrían ser los menos afectados.

Negociaciones

Para delimitar el problema a corto plazo, el Banco de España, cuyo gobernador se halla en Toronto desde la semana pasada, se encuentra, al parecer, realizando gestiones en algún caso aislado. Estas se extienden al caso cubano, país no englobado en el sistema del FMI y Banco Mundial, y que debe a España unos 450 millones de dólares a medio y largo plazo. El gobernador del Banco Central cubano se ha interesado por hablar con Alvarez Rendueles, pero una visita prevista en Canadá fue cancelada a última hora. El ministro mexicano de Finanzas, Jose Silva Herzog, se entrevistó el martes con Alvarez Rendueles, con quien estuvo tratando la "cuestión méxicana".Desde el punto de vista español, aparte del problema méxicano, los casos más graves serían el venezolano y el argentino. Venezuela tiene concentrada toda su deuda exterior a un plazo muy corto y muchos banqueros estiman que de explotar otro país, ése sería Venezuela. Argentina se encuentra también en situación muy crítica, especialmente después de la guerra de las Malvinas. No obstante su ministro de Hacienda ha desmentido los rumores sobre la nacionalización de la banca.

México se encuentra negociando en Toronto con el FMI y con el conocimiento de sus acreedores privados un paquete de ayuda del organismo mundial por importe de 4.000 millones de dólares. Bajo el eventual acuerdo, México tendrá una moratoria de quince meses en la amortización de principal y de su deuda exterior y sólo pagará intereses. El importe de los mismos en el resto del año 1982 se eleva a la friolera de 2.800 millones de dólares y alrededor de 12.000 millones en 1983. No obstante, existen fuertes presiones de los bancos privados y del FMI para que México acepte colocar su economía bajo la supervisión del Fondo antes de recibir un duro más. Otro problema adicional se sitúa en el interlocutor válido por parte mexicana y, a este respecto, muchos bancos prefieren hablar con el próximo presidente de México, Miguel de Lamadrid, antes que con López Portillo.

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