Impotencia del mercado
La semana ha terminado en las bolsas, conforme preveían los especialistas, con unas reuniones en las que cedió un tanto la presencia de órdenes vendedoras, pero en las que continuaba quedando claramente de manifiesto la impotencia del mercado por invertir la fuerte tendencia negativa que viene atravesando en las últimas semanas.Ayer, por primera vez en la tanda semanal, todos los bancos que integran el selecto club de los siete marcaron un cambio en el mercado de valores madrileño, recortando notablemente sus precios anteriores y atendiendo parcialmente, y casi siempre en porcentajes inferiores al 30% las abundantes órdenes de venta que les llegaban.
La suma total de los saldos vendedores que presentaban los siete magníficos sólo en la Bolsa de Madrid superaba el medio millón de títulos y si exceptuamos algún caso aislado, como podría ser el del Popular, que a última hora de la mañana observaba cómo algunos especialistas comenzaban a tantear la posibilidad de adquirir pequeñas partidas de sus acciones, los demás seguían presentando un comportamiento muy negativo con un predominio prácticamente absoluto de las posturas de venta.
Los cuidadores de estos valores, que ayer quizá por romper la estrategia de días precedentes se decidían a marcan cambios en Madrid, utilizaban el recurso de las posiciones de papel sin operaciones como vehículo pare eludir el tener que comprar importantes cantidades de sus propios títulos en el resto de las bolsas, lo que, por ejemplo, el Hispano marcaba papel sin operaciones en Barcelona, igual que el Central.
La única variación positiva le correspondió a Banesto en la Bolsa de Bilbao, donde, tras el recorte de veinte puntos que sufrió su cotización en la reunión del jueves, ayer recuperaba tres enteros y marcaba un cambio al 263%, con una ganancia de tres puntos.
La característica que continúa predominando en la actividad bursátil ha sido la escasez de valores que se atreve a contratar, ante la agobiante presión que realizan los vendedores.
Este hecho, que se ha venido atenuando a lo largo de la semana, lo pone claramente de manifiesto la reducción en los volúmenes de contratación que se han dado a lo largo de toda la semana, según datos oficiales de las propias bolsas.
El resto del mercado continuó imbuido por el síndrome negativo bancario, y los avances que habían conseguido reflejar los valores eléctricos en las sesiones del jueves se vieron reducidos por las breves pérdidas que registraban ayer.
El resto del mercado pasaba completamente desapercibido y habría que remitirse a la actuación de Dragados, valor sometido a la actuación de especialistas enfrentados, para encontrar algo digno de destacar en la evolución genérica de la reunión.
Las acciones de Dragados ganaron cinco puntos en la Bolsa de Madrid, cambio al que se llegaba quizá forzando un poco la situación, en opinión de algunos especialistas, mientras que sus derechos de suscripción se pagaban a 42 pesetas, con un avance de 3,50 frente a su precio anterior. La claridad y, sobre todo, las posibilidades de acertar en sus decisiones que tienen los inversores individuales que actúan en este valor realmente son mínimas, por cuanto esa pugna a la que antes se hacía referencia tiene aún sin determinar el ganador y, por tanto, la evolución del precio de las acciones y derechos de su sociedad resulta desconocida.
