Prevaleció el interés y se consolidaron las subidas
Las bolsas españolas a lo largo de la pasada semana observaron un comportamiento casi uniformemente alcista, que se apoyaba en la firme decisión de las principales instituciones que actúan a diario en el mercado de interrumpir la racha de pérdidas, devolver los índices generales a posiciones superiores a la par, y ofrecer un panorama, discretamente positivo en el período de celebración de las juntas de accionistas de los bancos.La realidad es que para conseguir este objetivo aparentemente no fueron precisos grandes esfuerzos. Bastó con que la oferta institucional desapareciese de las salas de contratación repentinamente, que las sociedades de cartera y fondos de inversión vinculados a los grandes grupos contuviesen sus ansias realizadoras, y que se sometiese a un discreto control a los valores con mayor peso en los indicadores intersectoriales.
Con estas escasas premisas se consiguió crear un ambiente aparentemente optimista en una semana como la pasada en la que la actualidad política estaba centrada en la profunda zozobra interna del partido en el Gobierno tras el descalabro electoral andaluz, y en la que además se dieron a conocer las sentencias a los encausados en el juicio por el intento de golpe de estado del 23-F.
Pero las bolsas suelen tener sus propias reglas y éstas acostumbran a determinarlas los más poderosos. Así se explica que, a pesar de que las condiciones objetivas que presentaba el país la pasada semana resultaban muy poco favorables para que se generasen mejoras generalizadas en los precios de los valores de renta variable, el interés de los bancos en presentarse ante sus asambleas de accionistas anuales con un ambiente bursátil distendido pudiese más que cualquier otro tipo de consideraciones.
En el grupo bancario, que se constituyó por méritos propios en la estrella de la semana, se observó una paulatina disminución de las órdenes vendedoras, que corría en paralelo con la firme voluntad que mostraban los cuidadores de estos valores de impedir cualquier tipo de evolución negativa. La diferencia entre las compras y las ventas, en Madrid, el pasado viernes apenas alcanzaba las 20.000 acciones.
Los cierres semanales presentaban las mismas características de las reuniones anteriores y, en general, los inversores parecen estar a la espera del gesto afirmativo de los responsables de la política bursátil de los grandes bancos, para comenzar a materializar las pequeñas plusvalías acumuladas a lo largo de las seis últimas reuniones.
En el grupo eléctrico se realizaron los pagos de un buen número de dividendos complementarios al pasado ejercicio. Aunque estos valores perdieron algo de pujanza, resultaron con diferencia los más activos del mercado. En Hidro-Cantábrico se pudo apreciar una curiosa pugna para adquirir acciones entre dos grupos bancarios, lo que generó una importante subida en la cotización de sus acciones, poco después de haberse realizado el desdoble. Por último se comentaba que Iberduero pagará su dividendo complementario, de un 5%, en los primeros días del próximo mes de julio, con lo que se abren nuevas expectativas para este valor, que a sus precios actuales ofrece una rentabilidad directa desorbitada.
