Problemas entre la Federación y los pilotos, organizadores y fabricantes de automóviles
Los pilotos, organizadores y fabricantes de automóviles españoles, que parecían dispuestos a llegar a un acuerdo con la Federación sobre la organización del campeonato paralelo, no llegarán a hacerlo en las condiciones que pretende la FEA. Según los organizadores del campeonato paralelo, la Federación Española ha querido, una vez más, servirse del esfuerzo ajeno en provecho propio, sin entender cuáles son las verdaderas funciones de una entidad federativa. Para ellos, la contrapropuesta federativa es del todo inaceptable.
Tras la ruptura de todas las partes que componen el automovilismo deportivo -en la especialidad de velocidad en circuitos- con la Federación Española, hace tres semanas, surgió la idea de crear un campeonato paralelo. Fabricantes españoles de automóviles, patrocinadores, organizadores y pilotos se pusieron de acuerdo para crear, al margen de la estructura federativa, un nuevo campeonato, más abierto, más competitivo dotado de mucho más dinero en premios.Pese a que las relaciones con la Federación no eran buenas, y a que muchos de los pilotos pretendían pedir formalmente la dimisión del presidente y toda la Junta, de Gobierno de la FEA, los organizadores decidieron hacer una nueva manifestación de buena voluntad y presentar los nuevos reglamentos a la aprobación federativa. Pero los organizadores del paralelo ofrecieron a la Federación Española de Automovilismo que, si ésta quería, podía utilizar la nueva reglamentación para, con la suma de alguna carrera más que cumpliese las nuevas normas del paralelo, denominar al conjunto como campeonatos de España de velocidad.
La Federación Española, por su parte, reunió a la Asamblea para, analizar la posible aprobación de la idea de los organizadores del campeonato paralelo. A base de contar solamente una parte del problema y otra de la solución, el presidente de la Española, Sandro Rocci, logró el voto afirmativo de la Asamblea. Pero la solución plena, que la FEA ha contrapropuesto al paralelo, difiere sustancialmente de lo que se habló en la Asamblea.
Para éstos, la pretensión federativa de hacer valer el resultado de una carrera que se disputó en Estoril (Portugal) con la participación de solamente tres pilotos españoles, y en la que no podían tomar parte por problemas de diferencia de reglamentos algunos de nuestros pilotos, es inadmisible.
