El Rey pide la colaboración de los intelectuales en el futuro de la sociedad española

El rey Juan Carlos pidió ayer a los intelectuales hispanos que asuman su pasado con responsabilidad, reflexionen sobre él y se esfuercen por encontrar en las raíces comunes respuestas eficaces para una convivencia en un futuro más justo, con ocasión de la entrega del Premio Cervantes al poeta mexicano Octavio Paz. Por su parte, Octavio Paz dedicó su discurso al tema de la libertad como actitud constitutiva de la modernidad, y la ministra de Cultura, Soledad Becerril, hizo hincapié en la defensa de la lengua común. El acto académico se celebró, como es ya tradicional, en el paraninfo de la vieja Universidad de Alcalá de Henares. Por la tarde, los Reyes recibieron en el palacio de la Zarzuela a intelectuales y escritores españoles en la tradicional recepción anual al mundo de la cultura.

"Estos son momentos", dijo el rey Juan Carlos, "en los que es permitido y casi obligado, ante un futuro incitante, mirar atrás para reflexionar tanto sobre la tarea que nos espera como sobre la responsabilidad que el pasado ha puesto sobre nuestros hombros". Porque, dijo, no se puede olvidar que "actos como este no se pueden improvisar ni celebrarse en cualquier parte. Nos respaldan cuatro siglos de gestación, con sus luchas, sus caídas y sus grandezas; todo lo cual es necesario asumir, porque conforma nuestra historia, nuestra personalidad".A esta responsabilidad, fundamentalmente intelectual, se refería cuando dijo: "Quiero llamaros la atención a los hombres de letras sobre la responsabilidad que a todos nos incumbe como hispanos y que a nadie cedo desde el punto de vista de un firme y arraigado compromiso de fidelidad. Pero, al mismo tiempo que la consideración del pasado nos vincula, pasa ante nosotros la visión diaria, con frecuencia cruel, de los acontecimientos que se suceden en el mundo, de los que, naturalmente, nos afectan muy especialmente los que se desarrollan en nuestro propio suelo y en el de las naciones hermanas". A partir de esta doble realidad, de la relación del pasado y la esperanza de futuro, el rey Juan Carlos pidió expresamente "un supremo esfuerzo, de tan intenso carácter innovador como sea preciso, para buscar en nuestras raíces comunes respuestas, que sin duda las hay, y tan válidas o más que en cualquier otra cultura; respuestas claras, concretas y eficaces para una convivencia más justa, para una tarea capaz de colaborar en el logro del bienestar exigido por la dignidad humana para todos y cada uno de los habitantes de la hispanidad y del mundo, para una ilusión de trabajo, de perfección y de mutuo respeto".

Octavio Paz, por su parte, centró en el tema de la libertad su discurso, y dijo, entre otras cosas: "La libertad, que comienza siendo afirmación de la propia individualidad, se resuelve en el otro. El otro es, simultáneamente, el límite y la fuente de mi libertad". Habló del cainismo hispánico y de la presencia de lo indio como hecho diferencial mexicano, y dijo: "Sin libertad, la democracia es despotismo. Sin democracia, la libertad es una quimera".

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