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Dos nuevos atentados en Vizcaya

Dos atentados, de forma casi simultánea en el tiempo, se produjeron sobre las 21.30 horas de ayer contra los acuartelamientos que la Guardia Civil tiene en el barrio guechotarra de Algorta y en La Salve, en el mismo Bilbao, éste último con lanzagranadas. En los atentados resultaron heridos dos guardias civiles, una de gravedad, y otro de carácter leve.

En el atentado contra la casa cuartel de Algorta, que se encuentra en construcción, resultaron heridos dos guardias civiles, uno de carácter grave y otro leve, que estaban de servicio en las obras. La dotación que vigilaba estaba compuesta por tres guardias que se encontraban en el interior de una caseta.Los terroristas dispararon una granada anticarro de las que se disparan con un cetme. Los guardias heridos son Antonio Guerra Fernández, al que le fue amputado el brazo derecho, después de una complicada intervención quirúrgica, y Ricardo Vileda Núñez, herido de un rasguño en la cabeza y que fue dado de alta a últimas horas de la noche. Las heridas fueron causadas por la metralla de la granada. Ninguno de los guardias fue alcanzado por los disparon que también efectuaron los terroristas.

Poco después de conocerse la noticia del atentado, la policía y la guardia civil iniciaron un rastreo de la zona donde se cometieron ambos atentados.

La construcción de la casa cuartel de Algorta ha suscitado una fuerte polémica con la oposición de grupos radicales y asociaciones de vecinos. El año pasado fue detenido uno de los constructores ya que se encontró en una de las dependencias de la obra cierta cantidad de explosivos, que según las fuerzas de seguridad estaban preparados para que se activaran el dia de la nauguración oficial.

En el atentado contra la casa las viviendas de la 541 Comandancia de la Guardia Civil en La Salve (Bilbao), fue disparada una granada de tipo anti-carro desde la autopista de la solución sur de Bilbao, que se comunica con la carretera general a San Sebastián. La granada fué a dar en la malla de protección de las viviendas, construída de hierro, e hizo un boquete en ella, sin que llegara a alcanzar las dependencias de los guardias y de sus familias, ni las casetas de vigilancia de los alrededores.

Testigos presenciales dijeron a Efé que después de la explosión de la granada se escucharon ráfagas de ametralladoras, pero se desconoce si estas procedían de los guardias civiles que repelieron la agresión de los terroristas.

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