Policía y eusquera
Como vasca que se siente constantemente agredida por los vientos franquistas y / o posfranquistas que soplan por Euskadi, no puedo menos que solidarizarme con la huelga de euskaltegis, surgida a raíz de la matriculación de cuatro policías en el centro de Donostia.En primer lugar, no se trata de cuatro individuos cualquiera: pertenecen a un cuerpo históricamente represivo para el país, y muy especialmente para los sectores más interesados en su propia cultura.
En este estado de cosas, es comprensible el temor de un sector especialmente afectido por la represión, como es el del aprendizaje del eusquera. Máxime cuando, como en este caso, cabe preguntarse por las intenciones que animan a uno de los policías, que ha sufrido en el pasado un atentado./ .