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Mueren centenares de civiles en el bombardeo soviético de la ciudad afgana de Kandahar

Varios centenares de civiles resultaron muertos la semana pasada en Kandahar, segunda ciudad de Afganistan, durante un bombardeo de fuerzas conjuntas soviético-afganas, revelaron fuentes diplomáticas occidentales y portavoces de la resistencia musulmana en Islamabad.

Parte de la población de Kandahar, que ascendía a 230.000 habitantes antes de la intervención soviética, se ha visto obligada a emigrar a causa de los frecuentes bombardeos, según informaciones diplomáticas recogidas en Kabul.Portavoces de la oposición armada afgana en Quetta (Pakistán) añadieron que helicópteros soviéticos lanzaron minas a lo largo de las carreteras y caminos que conducen a la frontera paquistaní para impedir la huida de los refugiados y cortar las comunicaciones de la guerrilla islámica con su bases de retaguardia en Pakistán.

Los diplomáticos agregaron que los bombardeos de artillería y aviación obligaron a la población a rendirse, y los resistentes, concentrados principalmente en el barrio periférico de Maladjat, tuvieron que reducir sus actividades ante la dureza de las represalias ejercidas sobre la población.

Kandahar está prácticamente en manos de la resistencia desde enero de 1981, y el pasado mes de septiembre el gobernador de la provincia tuvo que refugiarse en el aeropuerto de la ciudad, controlado por el Ejército soviético.

Fuentes diplomáticas señalaron igualmente que el responsable gubernamental del mantenimiento del orden en Kandahar, Abdul Samad Azhar, miembro suplente del comité central del Partido Democrático del Pueblo Afgano (PDPA), fue destituido y su departamento está ahora bajo la autoridad directa del ministro del Interior, Saled Ahmed Gulabzoi. Estas informaciones no permiten, sin embargo, determinar si la destitución de Samad Azhar se debe a su fracaso en la lucha contra la resistencía o, por el contrario, a su excesiva dureza en la represión.

Samad Azhar es un miembro de la tendencia Parcham del PDPA, encabezada por el presidente Babrak Karmal, mientras el ministro del Interior es uno de los jefes del ala Jalq.

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Según informaciones llegadas a Islamabad, la semana pasada se caracterizó por la tranquilidad en la capital afgana. Un informe gubernamental precisa, sin embargo, que el promedio diario de los asesinatos políticos en Kabul oscila entre seis y ocho.

Una periodista muy vinculada al PDPA, Salma Ajbar Massudi, comentarista en lengua pashtue de Radio Kabul, fue asesinada ante la puerta de su dornicilio por un grupo de guerrilleros islámicos, el pasado 28 de enero. Según fuentes diplomáticas, Salma Ajbar Massudi recibió días antes de su asesinato un ultimátum de la resistencia, en el que se le ordenaba cesar en sus comentarios.

Por último, las mencionadas fuentes diplomáticas indican que movimientos convergentes de tropas soviéticas al norte de Kabul sugieren que una nueva ofensiva contra la resistencia puede estar a punto de ser desencadenada en el valle de Panshir.

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