No cambia nada
La llegada de la democracia al deporte sólo ha servido para reinstalar en el poder a los de siempre. No cambia nada. En las presidencias de las federaciones nacionales, al cabo de dos elecciones, van a continuar los mismos. No llegan los aires renovadores. Estamos donde estábamos.Hay una crisis de dirigentes, que puede conducir el deporte español a un estancamiento general. Durante muchos años no se ha propiciado el nacimiento de directivos. Ahora se palpan las consecuencias. Las convocatorias de elecciones propician la repetición de nombres. Y cuando aflora un aspirante con el que no se contaba, su derrota está asegurada. Desde las federaciones se ganan los votos con una facilidad pasmosa.
En las convocatorias del Consejo Superior de Deportes ha ocurrido lo mismo. Para el pleno del Consejo se ha elegido a hombres que presiden una federación y que al mismo tiempo forman parte del Comité de Disciplina. En el deporte actual es inevitable encontrarse con el duque de Cádiz y Ernesto Segura de Luna.
La Federación Española de Fútbol, la más importante, la que más dineros maneja, no ha encontrado otro candidato que Pablo Porta, la figura mas discutida del momento presente. Nadie se ha atrevido a luchar contra él en las urnas. Tenía demasiado clara la victoria. Y con Pablo Porta seguirán todos los inasequibles al desaliento. Unicamente faltará el Real Madrid, que está en plan guerrillero.