_
_
_
_
_

La cooperativa Ulgor considera anticonstitucional su exclusión de los beneficios de la reconversión industrial

La dirección de la sociedad cooperativa Ulgor, de Mondragón (Guipúzcoa), primera empresa del sector de electrodomésticos de España, ha remitido un informe a su Consejo Social (equivalente al comité de empresa en las no cooperativas) en el que comunica a los 3.200 trabajadores-propietarios el duro contencioso que mantiene con el Ministerio de Industria por haber sido excluidos, "de forma discriminatoria y anticonstitucional", de todos los beneficios previstos para el sector de electrodomésticos en el decreto de reconversión industrial y al que ya se han acogido las principales sociedades anónimas.

Las razones aducidas por la Dirección General de Industrias Siderometalúrgicas para rechazar la petición de Ulgor, fabricante de la marca Fagor, se fundamentan en que "los beneficios se conceden exclusivamente a agrupaciones empresariales". Ulgor consideró tal resolución "lesiva para sus intereses y contraria a derecho" y formuló recurso de alzada ante el ministro de Industria. Las fusiones y agrupaciones empresariales son viables entre sociedades cuyo capital está en manos de accionistas pero son muy difíciles entre sociedades cooperativas, donde propietarios y trabajadores son la misma cosa, y sociedades anónimas.

Pierden salario pero mantienen empleo

La crisis del sector, motivada por el exceso de oferta y la fuerte caída de la demanda, se empezó a presentir en 1979 -aunque aquél fue un buen año- y se agravó progresivamente en 1980, con una caída del 15% en la demanda, y en 1981 que acabará probablemente repitiendo este mismo descenso. En el caso de Ulgor, la crisis se manifestó también en estos dos últimos años produciendo pérdidas, por primera vez desde que comenzaron a fabricar frigoríficos en 1963. Como sociedad cooperativa, el reparto de las pérdidas, si mantienen -como han hecho- el nivel de empleo, repercute directamente en los salarios de los cooperativistas, que cobran a modo de anticipo sobre los resultados del ejercicio.En el caso de las sociedades anónimas del sector de electrodomésticos, la caída de ventas y la sobrecapacidad productiva repercutieron en regulaciones de empleo, suspensiones de pagos o cierre de empresas. La aplicación de los beneficios oficiales, previstos en el decreto 2280/ 1980 sobre reconversión industrial, ha permitido, entre otras cosas, la resurrección de empresas que como Bru, por ejemplo, murieron por el veredicto de la mano invisible del mercado. El ungüento milagroso de los beneficios públicos, repartidos por la ventanilla del Ministerio de Industria, ha favorecido la resurrección de los muertos y ahí está, reflotada y agrupada, la Nueva Bru como un Lázaro ejemplar de la política industrial aplicada a un sector sobredimensionado donde sobran una buena parte de las empresas actuales y donde el nivel de stocks acumulado se acerca hoy peligrosamente a la producción total de cuatro a cinco meses.

La resurrección de los "lázaros"

Esta política industrial inelástica impide los ajustes del mercado, aumenta la capacidad de producción, mediante una racionalización y especialización de los productos, y ayuda a resucitar o sobrevivir a empresas que tendrán que enfrentarse pronto al ingreso de España en la Comunidad Económica Europea. Altos directivos de la cooperativa de Mondragón han comentado que "por este camino, todas las empresas privadas del sector comprometidas ya con el Estado a unos determinados reajustes acabarán formando una gran empresa pública en brazos del INI". Tampoco se explican estos cooperativistas como la Administración puede haber legislado el marco de la política industrial, aplicada al sector de electrodomésticos, sin tener en cuenta y, lo que es más grave, excluyendo mediante artificios jurídicos, al primer grupo industrial del sector. Sobre todo teniendo en cuenta peculiaridades laborales que, como cooperativa, le han convertido en modelo a imitar por otros países europeos. El caso más reciente es el de los sindicalistas británicos que estudian minuciosamente el fenómeno de Mondragón como estímulo para salir de la crisis.Como nadie es profeta en su tierra, los cooperativistas de Mondragón han recibido escasa atención oficial, de lo que a menudo presumen, y han asumido personalmente los costes de su crisis. Uno de ellos ha declarado: "Nos están llevando a un callejón sin salida, pues mientras se ayuda a las empresas capitalistas del sector de forma discriminatoria contra nosotros, el Estado establece una competencia desleal y, castiga precisamente a quienes estamos asumiendo la totalidad de los costes, sosteniendo nuestra propia seguridad social, sin girar contra el Estado, y aumentando nuestra productividad".

Las cuotas de mercado conquistadas por los productos Fagor, de la Cooperativa Ulgor -ligada a la Caja Laboral Popular de Mondragón- suponen aproximadamente la cuarta parte de todo el mercado nacional. Concretamente, tienen el 27% en cocinas, el 25% en frigoríficos, el 20% en lavadoras y, el 21% en lavavajillas. La facturación de Ulgor superará este año los 17.000 millones de pesetas, de los que unos 7.500 millones -un tercio del total exportado por el sector- proceden de sus exportaciones que han crecido un 12% en 1979, un 27% en 1980 y un 43% en 1981.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_