RTVE y nacionalidades históricas
( ... ) Desde una sensibilidad autonómica vasca, la gestión del antiguo director general de RTVE ha sido muy negativa. A nivel informativo, la problemática de Euskadi apenas tuvo eco en las cámaras de televisión, salvo en las crónicas negras de la violencia. Mientras los partidos estatales se repartían los tantos por ciento en la pequeña pantalla, los partidos de las nacionalidades eran ignorados.Además de esta actitud negativa de información, con Castedo se ha bloqueado todo el tema del canal para las autonomías. Prácticamente no se ha dado ningún paso. Se contrasta esta actitud con la de su predecesor, Arias Salgado, que fue en este aspecto mucho más receptivo.
A nadie se le escapa que la gestión de Carlos Robles Piquer ha empezado en una situación muy difícil. Por nuestra parte, no queremos adelantar juicios sobre una tarea que todavía está por realizarse. Hay que dejar hablar a los hechos. Sí, nos gustaría que se mantuvieran en pie todos los aspectos positivos conseguidos en la etapa anterior: pluralismo, calidad, profesionalidad, transparencia en la gestión. Que se evite cualquier tentación de instrumentalización o de centralismo. RTVE no es una finca particular de centristas o socialistas, ni un laboratorio de experimentación o manipulación para algunos profesionales que trabajan en ese medio. El pluralismo democrático y la necesario apertura exigen paralelamente un sentido de la responsabilidad en todos los campos.
Carlos Robles Piquer tiene también la oportunidad de satisfacer a las autonomías ya en marcha, no sólo dando más espacios a los problemas de las nacionalidades históricas, sino acelerando el proyecto del canal 3. Ese es, entre otros, uno de sus retos y obligaciones. Ahora sólo nos queda esperar y juzgar.
28 de octubre
