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Fin de semana de escaso interés cinematográfico

Con la proyección de Pierna creciente, falda menguante esta noche, a las 22.00 horas, por la primera cadena, se marca el punto más destacado de la programación cinematográfica en este fin de semana. No se trata, sin embargo, de una obra de gran interés, aunque conserve la significación de un momento de la historia de nuestro país (1970). Los productores como José Luis Dibildos, interesados en mantener en alza su cine pretendiendo una comercialidad digna, tenían serias dificultades para averiguar qué películas coincidirían con las liberadas expectativas del público sin levantar, al tiempo, las implacables prohibiciones de los censores.

En ese sentido, Pierna creciente, falda menguante, que dirigió el desigual Javier Aguirre, marca un paréntesis en las posibilidades expresivas de aquel año: ni llegó a ser Novio a la vista, de Berlanga, en la que en cierto modo se inspira, ni constituyó el gran éxito comercial que su presupuesto económico pareció prometer. Quizá es que los autores no llegaron al límite de sus posibilidades en el guión o probablemente es que se equivocaron en la construcción de una historia dividida en dos partes: cuando el espectador acababa por interesarse (divirtiéndose, en ocasiones) con el primer episodio, comenzaba otro que, aunque repitiera los mismos personajes, cambiaba sorprendentemente el estilo dramático. El buen repertorio de actores que compone el reparto de la película mantiene vivas aún muchas de sus secuencias; si no estamos ante una película ejemplar, sí contiene, debido precisamente a esos actores, momentos aislados de buena comedia. No puede considerarse, en cambio, que los actores de La venganza de la diosa de fuego, la película que se emite esta tarde a las 16.00 horas por la primera cadena, tengan interés alguno. La extraña Olinka Berova no es peor actriz que Ursula Andress, pero no llegó a alcanzar el magnetismo cinematográfico de ésta cuando interpretó La diosa de fuego, primera parte de la que hoy vemos, que a su vez es la enésima versión de una novela de Riger Haggard, que ha dado sus buenos dividendos a los productores. La de hoy, dirigida en 1968 por Cliff Owen, no fue nunca estrenada en España: el fracaso que obtuvo en otros países, así como las licencias de erotismo insinuado de algunas de sus imágenes, no hicieron aconsejable su estreno entre nosotros.

No mejorará gran cosa el panorama cinematográfico del fin de semana televisivo con la proyección, mañana, domingo, a las 22.00 horas, por la segunda cadena, de Una guía para la mujer casada, comedia burguesa y pretendidamente ingeniosa que, aunque trata de apoyarse en la realidad divorcista de Estados Unidos, defiende, a la larga, el buen orden del matrimonio legal. Dirigida por Hy Averback en 1978 e interpretada por los discretos Cybill Shephard y Barbara Feldon, la película pasó en su día sin pena ni gloria por los cines del mundo, lo que probablemente se prolongará en su estreno televisivo.

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