Tomar las aguas
La cursilería de los dirigentes del fútbol español no tiene límites. Los clubes tenidos como pudientes están poniendo de moda el stage en el extranjero o, lo que es lo mismo, la toma de aguas. Antes, a los balnearios de verano se iba a curar la piel o a disolver las piedras del riñón y, a poder ser, a buscar un muchacho de porvenir para la niña en estado de merecer. Ahora, a los futbolistas se les lleva a echar de menos a la familia y a quitarse las grasas. De los balnearios acabarán echando a los enfermos de la vesícula por culpa del olor a embrocación.Cuando el país se llena de turistas descubrimos que no tenemos lugares adecuados para realizar la pretemporada. El Atlético de Madrid debe ser un club de originales, porque se ha quedado en Gerona, cuando lo que viste es ir a Holanda, come el Madrid y el Barcelona. Entiendo que el Barcelona no vaya a Caldas de Montbui porque desde allí se le escapaban los jugadores hacia el Paralelo, pero lo del Madrid no tiene excusa, porque El Escorial, por ejemplo, sólo puede incitar a la austeridad monacal.
La moda ha alcanzado cotas inimaginables. El Badalona se ha ido de stage a Hungría, y el Palamós, a Austria. Resulta que hay problemas para pagar la Mutualidad y no se repara en gastos para visitar balnearios. Los clubes de fútbol son la contrapropaganda del turismo español. Ahora ya se sabe para qué quieren el dinero de las quinielas; para tomar las aguas.