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Suárez: "No hay razón alguna para el desánimo ni para el cansancio"

Adolfo Suárez, ex presidente del Gobierno, cumplió el pasado fin de semana, en Canarias, los primeros cien días de su dimisión. En Garachico, un pueblo marinero de Tenerife, fue homenajeado ante miles de personas y hubo de firmar autógrafos. Pronunció un discurso de aliento a la democracia y llegó a contener las lágrimas, emocionado, reconociendo sentirse aturdido por la acogida.

A pesar de tener fracturado un dedo de un pie y del temor al avión, su esposa, Amparo Illana, le acompañó en esta ocasión a Tenerifé, junto a su amigo más directo, Alberto Aza. «Ella se siente mucho más feliz desde que estoy fuera del Gobierno y no pienso volver. Mi decisión es, en este sentido, firme», afirmó Suárez, y valoró muy positivamente estos cien días últimos de su vida. «En mi opinión, Calvo Sotelo», señaló, «lo ha hecho muy bien. Yo le apoyaré en todo cuanto pueda».En Garachico se encontró con una masa de miles de personas, que le tributaron un homenaje en plena calle por considerarle el valedor de esta comarca al haber conseguido para la misma más de mil millones de pesetas en inversiones desde su anterior puesto de presidente, según indicó el alcalde, Lorenzo Dorca. «Al día siguiente de mi dimisión», recordó Suárez, «recibí un telegrama en el que se me anunciaba que había sido nombrado hijo adoptivo de esta villa. Mi impresión se traduce en unos sentimientos personales de gratitud por el afecto que han tenido hacia mí en un momento como éste de mi vida personal».

Suárez ha pensado escribir susmemorias, «porque tengo muchas cosas que contar», y está dispuesto a jugar, desde la sombra de su posición política, un papel de respaldo público a UCD, ya que, según declaró, «si en el año 1977 fue absolutamente imprescindible para el equilibrio político español la existencia de un partido de centro progresista, pienso que hoy, en 1981, sigue siendo todavía más necesario». En este sentido, señaló que durante la próxima campaña ,electoral podrá aparecer en público en favor de su partido, aunque, reiteró, al margen de ningún protagonismo personal.

«Actualmente», señaló Suárez, «no hay razón alguna para el desánimo y para el cansancio. Hay que defender la libertad y la convivencia desde la serenidad y desde el ejercicio cotidiano de los derechos constitucionales ».

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