150 obispos asisten en Roma al congreso internacional de vocaciones religiosas
Juan Pablo II abrió el pasado domingo, durante una misa concelebrada en la basílica de San Pedro con diez cardenales, setenta obispos y 140 sacerdotes, el Congreso Internacional de Vocaciones, que durará hasta el próximo día 16. A este congreso, primero en su género desde 1973, asisten alrededor de 150 obispos en representación de las conferencias episcopales de ochenta países de todo el mundo. El documento base de estudio, ha sido preparado mediante encuestas realizadas en todos los países.«Las vocaciones», dijo Juan Pablo II, «marcan el signo de vitalidad de la Iglesia. Debe existir una clara diferenciación entre el apostolado seglar y el ministerio sacerdotal. El futuro de las vocaciones puede contemplarse con confianza». El Papa condenó especialmente «esa particular tendencia de nuestro tiempo que pretende introducirse entre las conciencias del pueblo cristiano. Me refiero a determinadas proposiciones tendentes a darle matices laicos al ministerio y la vida sacerdotal, a reemplazar los ministerios de sacramentos por otros ministerios que corresponderían a exigencias pastorales modernas».
Karol Wojtyla hizo también alusión a algunas proposiciones «que quieren desproveer a la vocación religiosa de su carácter de testimonio profético del reino, para orientarla exclusivamente a una función de animación social o compromiso político». Según fuentes estadísticas de la Iglesia que cita France Presse, en 1973 había en el mundo 267.241 sacerdotes diocesanos y 165.848 sacerdotes pertenecientes a órdenes religiosas.
Cinco años después, en 1978, el número había descendido a 258.451 y 157.878, respectivamente.
