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La noticia de ayer

Que los periódicos existamos para dar noticias y no para convertirnos en noticia de nosotros mismos es un axioma profesional que apenas admite discusión. Pero también es una verdad indiscutible que por distintas causas, con razón o sin ella, los periódicos resultemos ser, en ocasiones, la noticia principal, la noticia cumbre, de una jornada.Así ha ocurrido con nuestro colega Diario 16. Se proponía este periódico, y en definitiva y con gran cifra de venta lo ha conseguido, ofrecer a sus lectores, bajo el título atractivo y espectacular de "La conspiración" un amplio relato de actuaciones de militares previas o preparatorias del frustrado golpe de Estado del 23 de febrero.

Si la verdad ampara o no el relato de nuestro colega es un asunto al que luego dedicaremos comentario. Pero no hay modo de ocultar la torpeza, el hacer ineficaz e ineficiente de las autoridades gubernativas cuando, alertadas sobre la información que un periódico se han intentado, proponía difundir a lo que de los hechos se deduce sin razón, impedir la difusión, la salida a los puestos de venta de este periódico, con una movilización de efectivos policiales digna de mejor causa y con apelaciones a normas legislativas que difícilmente pueden considerarse vigentes.

Es absolutamente censurable, es increíble, es casi tema alucinante que se intente proceder contra un periódico sin clara, plena, justificada razón para hacerlo. No es admisible que un periódico, que a fin de cuentas ha salido legalmente a la calle, que ha vendido sus ediciones, que no llegó a recibir comunicación legítima alguna para no difundir sus ejemplares, deba soportar la coacción transitoria, pero coacción al fin, de la autoridad gubernativa.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
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1 de mayo

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