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PRENSA

La elección del nuevo director, causa de un fuerte debate interno en "Le Monde"

El diario independiente Le Monde, el órgano de Prensa escrita más influyente en Francia, no atraviesa una crisis, según ha afirmado su director, Jacques Fauvet, al responder a los informes y rumores que en sentido contrario circulan en los medios profesionales parisienses. El nombramiento democrático del futuro director del periódico, Claude Julien, elegido por los redactores el año pasado, sería la causa principal de los problemas de Le Monde.

Dos cartas publicadas días pasados por algunos órganos parisienses, firmadas una de ellas por el redactor jefe André Fontaine y por el jefe de internacional, Jacques Amalric, y otra por una veintena de periodistas, han actualizado la pretendida crisis de Le Monde. Ambas misivas acentúan las reticencias de una minoría de la redacción, algo más del 30%, respecto a la futura dirección de Julien, considerado excesivamente tercermundista y duro ideológicamente.Las cartas parece ser que fueron publicadas sin el consentimiento de la mayoría de los firmantes, lo que ha hecho pensar en el periódico que se trata de un elemento más del «intento de desestabilización interna del diario».

El incidente referido coincide con otras dificultades, no consideradas graves, pero que afectan al diario. Le Monde está pendiente del proceso, consecuente con la demanda presentada por el ministro de Justicia, Alain Peyrefitte, contra Fauvet y un redactor. Cuando se produjo este encontronazo entre el palacio del Elíseo y la institución de Prensa más respetada en Francia, Giscard d'Estaing y Fauvet acabaron malamente con el teléfono por medio. Desde entonces, la batalla entre ambos es tangible para los lectores de Le Monde y se ha sospechado que el giscardismo desearía competir con este periódico, creando su propio medio de información. El resultado de las elecciones presidenciales podría clarificar esta batalla en la sombra, si es que existe. Hace algunos años, con L'Informe, el poder político intentó boicotear a Le Monde con millones incalculables de presupuesto, pero el fracaso fue fulgurante. En última instancia, Le Monde perdió el año pasado, por primera vez, alrededor de diez millones de pesetas, y sus ventas bajaron en un 6%.

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