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CASTILLA-LA MANCHA

Guadalajara puede no integrarse en la comunidad autónoma

Sólo uno de los 290 municipios de Guadalajara ha dicho a Castilla-La Mancha casi un mes después de iniciado el proceso autonómico. En las otras cuatro provincias de la región, sin embargo, se ha superado ya ampliamente el tope constitucional de los dos tercios de pronunciamientos favorables por parte de los ayuntamientos.En Cuenca se han declarado a favor 202 de un total de 243; 69 de 98 en Ciudad Real; 58 de 86 en Albacete, y 150 de 206 en Toledo. Gudalajara bate también el récord en cuanto a pronunciamientos negativos, cinco hasta el momento, todos ellos en municipios controlados por Coalición Democrática y Unión Nacional.

Estos dos partidos, Comunidad Castellana y el Partido Nacionalista de Castilla y León (Pancal), integran el bloque opositor a Castilla-La Mancha, aunque en base a diferentes planteamietnos. El más activo es la asociación cultural Comunidad Castellana, que defiende la existencia de una Castilla única separada del reino de León y de La Mancha. El Pancal, escasamente separada del reino de León y de la artículos de Prensa, y los partidos de derecha se han centrado en la capital al objeto de evitar una declaración favorable.

Para la integración de Guadalajara en Castilla-La Mancha reviste una gran importancia la decisión que adopte el PSOE, hasta ahora sin postura definida a nivel local y totalmente a favor en el resto de las provincias. Teniendo en cuenta la población de la provincia, aproximadamente 130.000 habitantes, es necesario que el Ayuntamiento de la capital, con más de 50.000 habitantes, vote afirmativamente el proceso.

Hasta el momento, el partido socialista ha adoptado una posición ambigüa y eludió definirse en un pleno extraordinario convocado para tal fin a instancia de CD y UN (UCD no está en el Ayuntamiento de Guadalajara por presentar sus listas fuera de plazo). Gracias a la mayoría de izquierda, el tema se retrasó para más adelante.

La confusa dimisión de dos diputados provinciales, uno de ellos el vicepresidente: de la Corporación provincial, ha venido a complicar aún más las cosas. Los dos dimisionarios, concejal y alcalde de Molina de Aragón, habrían pedido un retraso en la toma de postura de la Diputación, que no fue aceptada por el resto de los diputados. Ante ello presentaron por escrito su dimisión como miembros de UCD, aunque no ha tenido consecuencias drásticas ni su partido ha nombrado nuevos concejales para sustituirles.

La posición del señorío de Molina, zona con personalidad propia y muy alejada de la capital, es difícil de prever, aunque puede afirmarse que Castilla-La Mancha no goza allí de simpatías. La decisión que se adopte reviste especial importancia, porque agrupa a ochenta municipios, fundamentales para alcanzar la autonomía.

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