La Hacienda foral de Navarra recaudó 4.150 millones de pesetas de impuestos sobre la renta y patrimonio

Pamplona - 13 sept 1980 - 00:00CEST

La Hacienda foral de Navarra ha recaudado este año, en concepto de impuestos sobre la renta y el patrimonio, un total de 4.150 millones de pesetas, cantidad que se acerca a lo presupuestado a principios de año por los técnicos del departamento. La reforma fiscal implantada en Navarra por acuerdo de la diputación, ya que las normas y leyes fiscales del Estado español no tienen vigencia en la provincia en virtud de su peculiar situación, se está llevando hasta sus últimas consecuencias. La idea, durante muchos años extendida por otras provincias de que en Navarra «se pagan menos impuestos», ha pasado a la historia, si bien en el viejo reino existen diferencias, algunas notables, con respecto a la presión fiscal existente en el resto del Estado.

Desde 1876, Navarra concierta con el Estado la cantidad que debe aportar a las cargas generales a través de un convenio económico. De los dos millones de pesetas que la Hacienda de Navarra pagó en 1876 se ha pasado en 1980 a más de 3.000 millones, en concepto de cupo contributivo rijo (230 millones de pesetas), una compensación por impuestos indirectos y otra por la desgravación fiscal a la exportación. Como contrapartida, la Hacienda foral tiene plenas facultades tributarias (recaudación, liquidación y gestión de los impuestos), facultades jurisdiccionales por las que se legitima a la diputación para resolver los recursos interpuestos por los contribuyentes, así como facultades normativas; es decir, la posibilidad de dictar leyes en materia fiscal. Con el dinero que la diputación foral recauda de sus contribuyentes, ésta administra y controla la industria, comunicaciones, administración municipal, parte de la sanidad, obras públicas, urbanismo, cultura y educación, agricultura, ganadería y montes, así como el patrimonio artístico, los servicios logísticos y la policía foral. «El sistema fiscal de Navarra», indica el diputado foral de Economía y Hacienda, Angel Lasunción (UCD), vinculado al equipo económico de Fernández Ordóñez, «tanto en la vertiente del ingreso como en la del gasto, se puede considerar un modelo a seguir por el resto de las comunidades que van a acceder a la autonomía. Es un sistema convenido y mejorado a lo largo de casi 140 años».Los presupuestos de Navarra para 1980 suponen 24.000 millones de pesetas, de los que la diputación recauda 17.000 millones por impuestos directos e indirectos, 3.400 millones por tasas diversas y otros 3.500 millones por una emisión de deuda pública lanzada a principios de año. Después de pagar al Estado alrededor de 3.000 millones, Navarra gasta en sanidad 3.400 millones, en obras públicas, industria y urbanismo, 3.700 millones; en agricultura y ganadería, 1.750 millones; en servicios logísticos (informática, bomberos y policía (oral), seiscientos millones de pesetas, y la mayor partida, 5.200 millones, en personal, ya que la diputación cuenta con 3.500 funcionarios forales. Antes de que finalice 1980, la diputación foral habrá establecido los primeros contactos con el Ministerio de Hacienda en orden a establecer los principios por los que se regirá el nuevo concierto económico con el Estado, que sustituirá al suscrito en 1969. Entre tanto, la Hacienda foral ha duplicado este año la cantidad recaudada en 1979 en conceptos de impuestos sobre la renta y el patrimonio. En 1979 se recaudaron 1.850 millones de pesetas y este año se ha llegado a los 4.150 millones. «El cumplimiento de las obligaciones fiscales», precisó a EL PAÍS Angel Lasunción, «da el tono de nuestra solidaridad con los demás. Quien no paga o intenta no pagar sus impuestos es, sin paliativos, un mal ciudadano. Un sistema fiscal justo defiende, en términos de ética y eficacia, a una economía de mercado».

Deducción foral

Según el proyecto de modificación de las deducciones complementarias de la cuota aprobado por la Diputación de Navarra, se establece una deducción de 10.000 pesetas para los solteros y casados sin hijos cuando las rentas del trabajo sean inferiores a 760.000 pesetas. En el supuesto de que la situación familiar del contribuyente fuera de uno, dos o tres hijos, la deducción para los que perciban rentas por el trabajo de hasta 760.000 pesetas anuales será de 14.000 pesetas, y la deducción complementaria para las familias numerosas, de 28.000 pesetas. Por estos conceptos, la diputación estima que en las declaraciones del próximo año dejará de percibir unos 580 millones de pesetas.De igual modo, se ha establecido una denominada deducción foral, de 15.000 pesetas, a todo contribuyente por el hecho de ser navarro a la hora de presentar su declaración sobre la renta, lo que supondrá que la Hacienda de Navarra no ingresará alrededor de mil millones de pesetas por este concepto. Para efectuar la declaración sobre la renta y el patrimonio se requiere ser navarro y residir en la provincia o tener la condición civil de navarro e igualmente residir en el viejo reino. Estos dos requisitos se están llevando a rajatabla en el departamento de Hacienda de la diputación foral para evitar que personas que, por ejemplo, no residen en la provincia puedan presentar sus declaraciones en Navarra.

Hasta ahora se estaba dando el caso de que personas con importantes patrimonios que tenían la condición civil de navarros o habían nacido en la provincia, pero residían en otros puntos, presentaban sus declaraciones en la Hacienda foral con el único objetivo de beneficiarse de las condiciones peculiares que en Navarra tiene el impuesto sobre transmisiones patrimoniales. En lo sucesivo no se admitirán declaraciones de este tipo en Navarra, según se ha informado a EL PAÍS en la diputación foral.

Para los no navarros, pero residentes en la provincia, su declaración debe presentarse en la delegación del Ministerio de Hacienda en Pamplona. Según los datos obtenidos por EL PAÍS, en la delegación de Hacienda se han contabilizado 2.500 declaraciones sobre renta y patrimonio, por las que se han recaudado alrededor de cien millones de pesetas.

60.000 declaraciones

Desde el 15 de abril hasta el pasado 31 de julio, en la Hacienda foral se han presentado 60.000 declaraciones, de las que 50.000 correspondieron al impuesto sobre la renta, y 10.000, al de patrimonio. Por lo que respecta a las declaraciones del impuesto sobre la renta, 10.000 fueron positivas o cuota cero, por lo que la Hacienda ha recaudado por este concepto un total de mil millones de pesetas. La cantidad total a devolver, según las declaraciones, ha supuesto 350 millones, mientras que por el impuesto sobre el patrimonio la diputación foral ha recaudado doscientos millones de pesetas. En conjunto, la totalidad de la recaudación de este año en concepto, de la declaración final sobre la renta, así como las retenciones y los fraccionamientos de pago y del patrimonio, supondrá una cantidad aproximada a los 4.150 millones de pesetas.A las personas cuya declaración fuese negativa y que tuvieron cuotas inferiores a las 10.000 pesetas la diputación devolvió en el acto las cantidades, extendiendo 2.900 talones a favor de los declarantes.

«El número de declaraciones presentadas ha sido elevado», aclara el diputado foral Angel Lasunción, «si se tienen en cuenta diversas circunstancias, como son la cuantía de las cuotas resultantes, consecuencia de retenciones a cuenta reducida, y la campaña en centra de la declaración promovida por varios partidos políticos y sindicatos de la extrema izquierda y abertzales. Si se tiene en cuenta que el pasado año fueron 35.000 las declaraciones que se recibieron puede decirse que el pueblo navarro ha respondido con una responsable actitud ciudadana, a pesar de los sacrificios que en muchos casos ha supuesto la presentación y pago de la declaración».

La Diputación Foral de Navarra no va a hacer públicas las listas de los mayores contribuyentes de la provincia, con el objeto de que Ias dos ramas de ETA no tengan acceso a los datos sobre la situación económica de los principales industriales de la provincia. Sin embargo, la corporación foral se ha comprometido a exponer las listas de los contribuyentes que hayan defraudado a Hacienda o que no hayan presentado su declaración sobre la renta y el patrimonio.