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Una empresa con futuro

Nervacero es hoy una empresa sobredimensionada que, según todas las opiniones, cumple los requisitos necesarios, exigibles por un programa de viabilidad.Nervacero tiene una plantilla de 962 trabajadores y dos complejos siderúrgicos: la Laminación I, en Repelga (Portugalete) y la Laminación II y Acería, en Ballonti (San Salvador del Valle). La capacidad de producción del complejo está en torno a las 500.000 toneladas anuales de producto acabado en los trenes de laminación. La palanquilla, materia prima del proceso de laminado, que produce la acería, no cubre la capacidad de los trenes de laminación, por lo que Nervacero tiene que acudir a las empresas siderúrgicas integrales -casi siempre a Ensidesa- para proveerse.

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La supervivencia de la empresa, que dispone del material más puntero de la técnica europea en laminación, depende en gran medida del mercado del acero. Los técnicos tienen serias dudas sobre la política futura de producción en Nervacero en la coyuntura depresiva actual del acero. El consumo interno disminuyó durante 1979 un 5,3% respecto al año anterior, y se incrementaron la producción (7,8%), los stocks (10,9%), la exportación (2,1%) y la importación (36,2%). Durante el año 1979 se produjeron en España 12.555.000 toneladas de acero de una capacidad teórica total de dieciséis millones. El consumo interno en ese año fue de 7.989.000 toneladas. El consumo por habitante en España fue, en 1970, de 258 kilos; en 1979, la cifra se redujo a 212.

La viabilidad de Nervacero, pues, pasa, en opinión de distintos sectores, por la adecuación en su producción a las posibilidades del mercado de competencia en precios y merma de demanda que ahora domina el acero.

Una de las soluciones de viabilidad propuestas en algunos círculos es la diversificación de productos, es decir, la tendencia hacia la producción de materiales de mayor valor añadido, aunque este punto tenga el inconveniente de necesitar de un tiempo suficiente para abrirse camino en esos mercados, hasta ahora no utilizados por Nervacero. El cambio en la estructura financiera de la empresa y la ampliación de capital es, por último, la tercera coordenada por donde pasa el futuro de Nervacero. La ampliación de capital es, en opinión generalizada, condición sine qua non para mantener la actividad productiva de Nervacero.

La gestión de la empresa, causa principal de su caída, se encuentra en la actualidad encomendada de forma provisional a un trío de profesionales que en su día exigió el Banco de Crédito Industrial para que ostentasen la titularidad de las acciones de la familia a través de la cartera Nervacero, creada el pasado 6 de junio. Alejandro de Lorenzo, ingeniero industrial avalado por un trabajo de veinte años en la empresa Echevarría; Alberto Abad, que procede de círculos financieros próximos al Banco de Vizcaya, y Fidel Orcajo, economista y ex responsable del departamento de administración de Nervacero hasta el año 1977.

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