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La Agencia Internacional de Energía revisa a la baja los cupos de importaciones de petróleo

Los veintiún países de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), que integra a los consumidores de petróleo occidentales (salvo Francia), más EE UU y Japón, decidieron la semana pasada rebajar sus importaciones respecto a los objetivos que se habían fijado en anteriores reuniones. A medio plazo, el pesimismo y el desconcierto son generales, a la vista de las subidas constantes de los crudos.

Al tiempo que la mayoría de los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) anunciaban sucesivamente un aumento de dos dólares en el barril de petróleo, los ministros de la IEA examinaban las incidencias de la subida de la factura petrolífera en las economías occidentales durante el año en curso y las repercusiones de cara al horizonte 1985.El ministro de Economía de la República Federal de Alemania, Otto Lambsdorff, que presidía la reunión, sintetizó el sentimiento general, con pocas palabras, al comentar la última ola de aumento del precio del oro negro: «Peligro de recesión mundial y de crisis monetaria, y nuevos peligros para las relaciones económicas internacionales».

El examen de algunas cifras barajadas durante la reunión de París ofrece una imagen aproximada del clima precario que amenaza al futuro de los países industrializados.

Al final del año en curso, el déficit de las balanzas de pagos de esos países (de los veinticinco que integran la OCDE, más concretamente) alcanzará la cifra de 50.000 millones de dólares. Conviene recordar que en 1978 la balanza de pagos de esos mismos países arrojaba un saldo favorable de 30.000 millones de dólares.

Por su lado, los países en vías de desarrollo doblarán el déficit de sus balanzas: en 1978 eran deficitarios por valor de 36.000 millones de dólares, y al terminar 1980 deberán 70.000 millones. Por el contrario, durante el mismo tiempo, el excedente de los países de la OPEP ha pasado de 5.000 a 120.000 millones de dólares.

A esta realidad contundente de las cifras brutas se añade otra no menos tajante, pero más difusa o desconcertante para el mundo industrializado: de dos años a esta parte, el esfuerzo realizado por los países consumidores de petróleo para rebajar el consumo no ha producido sus efectos esperados. Sólo en lo que va de año, países como EE UU y Japón (los más grandes consumidores) han reducido su gasto energético en un 10% y en un 12%, respectivamente. A pesar de ello, los países de la OPEP continúan subiendo sus precios.

Este panorama inquietante para las economías occidentales afectará de manera más brutal a los países que, como le ocurre a España, carecen de recursos energéticos propios. España importa el 95% de su consumo de petróleo. Los miembros de la AlE, en París, frente a un futuro tan interrogante, no se pusieron de acuerdo para tomar medidas concretas, contrariando los deseos de EEUU.

Únicamente convinieron en que era necesario rebajar los objetivos de importaciones petrolíferas, que se habían fijado anteriormente. Para el año en curso se respetará el techo estimado en otras reuniones, de 24,5 millones de barriles por día. Para el horizonte 1985, el techo de veintiséis millones de barriles por día también se revisará a la baja. Y para 1990, el 59,9% de gasto de petróleo asignado recientemente bajará al 40%.

Argelia sube un dólar el barril de crudo

Por otro lado, la agencia argelina de prensa informó ayer que el Gobierno ha decidido incrementar otro dólar adicional el precio de su crudo. Con esta nueva subida, después del dólar elevado hace una semana, el petróleo argelino se pone en cerca de 38 dólares por barril, el más caro del mundo.Otro país en aumentar sus precios fue Omán, que añadió dos dólares a su precio actual. Pese a que Omán no está englobado en la OPEP, su subida demuestra que en precios los productos siguen la pauta marcada por la organización petrolera.

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