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Inminente constitución de una sociedad privada para la importación de carbón

Un grupo de empresas mineras, en su mayor parte vinculadas a la banca privada, competirán con Carboex, perteneciente al holding del INI, en la canalización de las importaciones de carbón, que durante los próximos años se situarán en torno a los doce millones de toneladas, frente a una producción nacional de poco más de veintidós millones en hullas, antracitas y lignito. La futura sociedad privada Aprocar (Asociación de Productores de Carbón, SA, está pendiente en la actualidad de la aprobación de sus estatutos y quedará constituida oficialmente a mediados del próximo mes de julio.

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Aprocar cuenta con un capital inicial de treinta millones de pesetas, suscrito por un grupo de empresas mineras entre las que figura la Hullera Vasco-Leonesa -de propiedad familiar y representada por Antonio del Valle, antiguo diputado de AP por la provincia de León, cuñado de Arias Navarro y actual vicepresidente del Banco de Fomento-, Hulleras de Sabero, también vinculada al Banco de Fomento, la MineroSiderúrgica de Ponferrada (Central y Santander) y Hullas de Coto Cortés (Banco Pastor-Fenosa). Los estatutos de la sociedad se encuentran actualmente en fase de estudio, tras haberse constituido un «comité de gestión» el pasado día 18, y en espera de que se adhieran a la misma otras empresas mineras, fundamentalmente en la provincia de Asturias. La participación de cada una de ellas en la nueva sociedad se hará «en función de la cuota en el mercado nacional y de los compromisos que estén dispuestos a asumir». Las empresas agrupadas controlan actualmente el 30% del mercado de carbones y el 60% del suministro total de hulla, al margen de las empresas nacionales (Hunosa y Encasur).Según el presidente de la patronal del carbón (Carbunión), Manuel Arroyo Quiñones, Aprocar aspira a recoger al menos un 40% del volumen de importaciones previsto oficialmente para los próximos años, porcentaje equivalente al que representa el conjunto de estas empresas en la producción nacional de carbón térmico. Inicialmente los países que ofrecen posibilidades de contratación inmediata son, Estados Unidos, Suráfrica, Australia y Polonia, a través de contratos de importación, explotación conjunta de yacimientos por empresas mixtas o concesiones directas a empresas españolas. En total, el mínimo de importaciones se situaría en tomo a los cinco millones de toneladas anuales, equivalente a 22.000 millones de pesetas, a precios del mercado interior.

La patronal minera considera como puertos más adecuados para canalizar las importaciones de carbón los de Gijón y Vigo en el Norte -el primero de los cuales será objeto de una inmediata ampliación-, el de Algeciras, en el sur, y uno en el Mediterráneo (zona de Tarragona). Paralelamente se señala la conveniencia de habilitar un «superpuerto» para la acumulación de stocks estratégicos en Canarias, capaz para barcos de más de 100.000 toneladas, como condición indispensable para abaratar los precios de los fletes.

La iniciativa de constituir una empresa privada de este tipo fue posterior al anuncio de creación de Carboex, aunque el proyecto se había planteado hace ya varios años, retrasándose debido a la elevada cuantía de los aranceles que gravan el carbón no contingentado. Las diferencias de criterio entre el INI (Carboex) y las empresas mineras (Aprocar) radica, según recientes declaraciones de la patronal, en el deseo del INI de mezclar en el mismo proyecto a productores y consumidores -empresas eléctricas-, mientras que los empresarios entienden que en su sociedad sólo deben estar presentes las industrias mineras.

La empresa nacional Carboex, cuya creación se inició hace tres meses, fue proyectada con un capital escriturado de ochenta millones de pesetas, de los que treinta correspondían al INI, veinte a Endesa y el resto a la empresa de estudios mineros Adaro, Eléctrica de Córdoba y Gas y Electricidad, dejándose opción a las empresas privadas para suscribir una parte del capital, posibilidad que fue rechazada por estas últimas, para crear su propio proyecto. A la cabeza de Carboex figura un antiguo director general de minas, José Sierra López.

El desfase entre los precios internacionales del carbón, generalmente por debajo de los del mercado interior, y el volumen de las importaciones anunciadas meses atrás por el Ministerio de Industria para hacer frente al consumo de las futuras centrales térmicas, han provocado una cierta desconfianza en los pequeños empresarios mineros -principalmente en el sector de antracitas- que temen perder gran parte de las ayudas prometidas por la Administración para potenciar la producción nacional.

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