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Aeropuerto de Los Rodeos: la política de tumba abierta

El accidente aéreo registrado el pasado viernes en la isla de Tenerife, en el que perdieron la vida los 145 ocupantes del Bocing 727 de la compañía británica Dan Air, ha llenado de preocupación a las autoridades y al sector hotelero, por las repercusiones negativas que este suceso pueda tener sobre el turismo, especialmente en Gran Bretaña, primer cliente europeo de esta isla en 1979. Pero ni las autoridades ni los hoteleros parecen dispuestos, a la vista de sus declaraciones, a solicitar el cierre del aeropuerto de Los Rodeos, que tan negra imagen ha echado sobre Tene rife. Sin embargo, la polémica está en la calle y son muchos los que piensan que ha llegado la hora de cabar con la «politica de cielo abierto» que permite a las compañías elegir entre los dos aeropuertos de la isla: el Reina Sofia, uno de los mejores de Europa, y el de Los Rodeos, que por los accidentes en él registrados pasa por ser uno de los más peligrosos del mundo.La totalidad de las compañías regulares operan, desde abril del pasado año, en el aeropuerto del Sur, y lo mismo hacen más de la mitad de las compañías charter. Las que siguen utilizando el aero puerto de Los Rodeos lo hacen no por razones de seguridad -los pilotos británicos acaban de manifestar corporativamente que prefieren operar en el Reina Sofia-, sino porque , por su proximidad al centro turístico más importante de Tenerife, el Puerto de la Cruz, se ahorran unas quinientas pesetas por pasajero en concepto de traslado desde el aeropuerto a los hoteles.

No debe extrañar que los tour operators, meros intermediarios en el tráfico turístico, intenten rebajar costes, aunque sea poniendo en peligro la seguridad de los viajeros. Lo que resulta sorprendente es que las autoridades españolas lo permitan y se dobleguen al interés de los tour operators y a las presiones de una parte del sector hotelero de la isla, el, poderoso e influyente centro turístico del Norte.

Se dice que «Tenerife tiene la negra» y que «el aeropuerto no tiene la culpa», dado que todo parece indicar que el accidente del viernés fue debido a un error del piloto. Pese a la docena de accidentes grarves que constituyen el historial trágico de Los Rodeos, fue posible oír estos días, en conferencia de prensa, que se trata de un aeropuerto seguro, dotado con instrumental operativo suficiente. Pero es evidente que ni el instrumental operativo cambia de emplazamiento a Los Rodeos, un pasillo de Norte a Sur en el sistema montañoso de la isla, ni estaría justificada la inversión de 2.800 millones depesetas en un segundo aeropuerto si el primero fuera suficientemente seguro.

El acusado descenso registrado en el tráfico interinsular, como consecuencia de la distancia a que se encuentra el Reina Sofia de los más importantes núcleos de población, ha hecho que los cuatro cabildos insulares de la provincia de Tenerife y la Cámara Oficial de Comercio se hayan pronunciado a favor de la vuelta al aeropuerto de Los Rodeos de los vuelos interinsulares que, por su condición de regulares, se trasladaron casi en su totalidad al Reina Sofia. El ministerio ha prestado oídos a esta petición y los vuelos interinsulares que no enlacen con otros nacionales o internacionales pasan de nuevo al aeropuerto del Norte.

Como salida a las grandes inversiones efectuadas en Los Rodeos, más de 8.000 millones de pesetas, se piensa en la instalación de una escuela de pilotos, orientada no sólo hacia las necesidades nacionales, sino también hacia Africa y América. La proximidad del complejo universitario de La Laguna es otro factor añadido favorable.

De cualquier manera, la mayor inversión es hacer lo posible para evitar un nuevo accidente.

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La inversión material ya está he cha en el aeropuerto Reina Sofia, que, por su emplazamiento a nivel del mar, en una zona totamente despejada de montañas, por su equipamiento de ayuda a la navegación, amplitud, capacidad de tránsito y por sus modernas instalaciones, ha sido calificado por el ministro de Transportes como el mejor aeropuerto de Europa. El hecho de que accidentes como el del viernes ocurran en una isla con un aeropuerto de estas características, como consecuencia de una política determinada, puede hacer pensar que, además del mejor aeropuerto, tenemos el peor ministro de Transportes de Europa. Su «política de cielo abierto» ha merecido el calificativo de «política de tumba bierta» en un diario tinerfeño.

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