Jean Daniel: "Prensa y democracia van unidas"
«Prensa y democracia, en el sentido más sencillo y más total del término, van unidas. Dado que nuestra profesión está íntimamente ligada con la democracia todos nos preguntamos en estos momentos si la Prensa no es un islote perdido en un océano de despotismo o si, al igual que la democracia, no es un lujo en vías de desaparecer, porque no puede haber democracia cuando la Prensa está a las órdenes del poder». Este es uno de los juicios que aporta al análisis de la situación informativa mundial el director del semanario Le Nouvel Observateur, Jean Daniel, que ha estado estos días en Madrid.
Jean Daniel (Argel, 1920) ha practicado en algo más de un cuarto de siglo casi todas las facetas del periodismo. Como corresponsal de guerra de L'Express, fue herido en Túnez y aquella marca se le quedó en forma de una ligera cojera; como enviado especial de la misma revista fue uno de los últimos periodistas que entrevistó a John Kennedy antes de que cayera asesinado, y fue también testigo de excepción de las reacciones de Fidel Castro cuando le comunicaron al líder cubano la muerte de Kennedy.La función del periodismo en estos momentos es para Jean Daniel, «aunque parezca paradójico», la de sobrevivir, «porque esta profesión es un lujo. Y es un lujo porque en ella se trata de comprender y hacer comprender al público una actualidad que cada día es más complicada».
Desde fuera existen para el director de Le Nouvel Observateur otros peligros para la Prensa. «El principal es que tanto en los países en vías de reconstrucción», en estos momentos lo están todos, «como los que están en vías de creación, la prensa se desarrolló de acuerdo con unos criterios rígidos de utilidad pública, y esto es terrible, porque cada vez que se habla de eficacia es el honor y la propia esencia de la Prensa a los que están en juego».
Jean Daniel ha sido redactor jefe de L'Express y es director de redacción de Le Nouvel Observateur uno de los semanarios de información general de más prestigio de Europa que tiene una difusión de cerca de 400.000 ejemplares desde 1965.
Jean Daniel dice no estar al tanto de las circunstancias de «regresión en cuanto a las libertades informativas» por las que está pasando la democracia española en estos momentos, ni las actuaciones derivadas de jurisdicciones especiales o actuaciones administrativas, pero añade algo que puede tener alguna aplicación a este tema: «Prensa y democracia, en el sentido más sencillo y más total de las palabras, van unidas. Y no habrá democracia si tenemos una prensa que esté a las órdenes del poder y no a las órdenes de la conciencia de los informadores. El periodista tiene la obligación de mostrarle al poder que la existencia de una prensa libre no es posible en esas condiciones. Debemos librarnos de dos formas de intervención del poder en la Prensa: de la ideológica, propia de los países totalitarios, y de la económica o del dinero, propia de los países capitalistas. A veces hay países en transición que mezclan estas dos vías de intervención».
