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Los empresarios invertirán mas de trescientos millones en las elecciones al Parlamento catalán

El Fomento de Trabajo Nacional, la principal organización patronal catalana, intentará incidir en las próximas elecciones al Parlamento catalán en mucho mayor grado que en las anteriores consultas electorales; para ello, ha obtenido ya trescientos millones de pesetas, mediante contribución voluntaria a un fondo específico obtenido previo prorrateo entre los diversos sectores económicos y empresariales de Cataluña. Existe la esperanza de que la cifra final que llegue a recaudarse será de cuatrocientos millones.

La envergadura económica de la operación contrasta con la escasez de medios del Fomento en la actualidad, cuyos principales ingresos proceden de la renta de alquileres de oficinas en el edificio que le sirve de sede. El peligro de la operación consiste en la posibilidad de que la acción empresarial contribuya a propiciar posturas frentepopulistas en el seno de la izquierda, con la consiguiente bipolarización intensa de la vida política catalana. También es de destacar el contraste entre este intervencionismo político -cuando la Generalidad tendrá muy pocas competencias de orden económico- y la relativa pasividad empresarial en las anteriores elecciones de ámbito estatal, infinitamente más decisivas en materia de política económica.Varias fuentes, todas ellas de extrema solvencia, y entre las que figuran dirigentes del propio Fomento, informaron a este diario de la operación. Todas las fuentes se refirieron expresamente al Fomento como institución, pero admitieron que el uso de parte de los trescientos millones puede llevarse a cabo sin implicar directamente a la institución. También precisaron que el origen del tema es de dimisión superior al Fomento, y que, en cierta manera, esta institución es el instrumento ejecutor.

Las numerosas reuniones celebradas para concebir y preparar la operación en curso, han tenido como principales protagonistas a Alfredo Molinas, presidente de Fomento, y Juan Pujol, secretario general adjunto en funciones de secretario general, por cese del titular. El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y antiguo presidente de Fomento del Trabajo Nacional, Carlos Ferrer Salat, también tomó parte en reuniones preparatorias y expresó su apoyo a la operación. «Sin este apoyo formal», afirmó una destacada fuente de la propia institución, «es evidente que la operación hubiese sido irrealizable. De hecho, Ferrer Salat es el auténtico padre de la operación, y Molinas, un simple ejecutor.»

La mayor parte de los fondos serán usados en campanas publicitarias y de prensa, que tendrán dos objetivos básicos. En primer lugar, oponerse frontalmente al voto marxista -es decir, al favorable al - PSC-PSOE y el PSUC-, y, en segundo lugar, combatir el abstencionismo entre el empresariado, así como, por extensión, entre los estamentos sociales que se inclinan por la derecha y el centro.

Ambos fines intentarán lograrse desde criterios presentados por apartidistas, en el sentido que evitarán apoyar a una opción política concreta. El deseo expresado en las reuniones preparatorias es el de un acercamiento real entre el centrismo de UCD y el centrismo nacionalista de Jordi Pujol, en particular en el momento decisivo de la designación por el Parlamento autonómico del futuro presidente de la Generalidad. Se confía que, precisamente, la beligerancia empresarial sirva a este fin unitario.

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Evitar el voto socialista

Una de las ideas esenciales del proyecto fue la constatación de que parte del empresariado catalán votó socialistas en pasadas consultas. Este hecho, considerado altamente negativo, ha sido muy reiterado en las reuniones celebradas. Otra idea básica parte de la constatación de un alto porcentaje de abstencionismo electoral entre el empresariado, fruto de la idea de que, políticamente, Cataluña está irremisiblemente destinada a ser marxista.La existencia de estos trescientos millones era levemente conocida, a nivel de rumor, en medios políticos conservadores. Dos diputados de UCD consultados por este diario manifestaron que desconocían el tema, pero que ello les explicaba hechos constatados en medios políticos situados a su derecha. Agregaron su temor de que Folchi, el desplazado ex consejero de la Generalidad y su aún miembro de UCD, pretendiera buscar un lugar en la escena política a través de este intervencionismo empresarial, mientras que informaron de recientes contactos de Folchi con antiguas figuras de Reforma Democrática y Alianza Popular. No obstante, fuentes del Fomento afirmaron con vigor que el dinero no iría a manos de un partido concreto, y menos aún a manos de Folchi, cuya gestión en la Generalidad calificaron de desastre.

En el terreno estrictamente ejecutivo, Alfredo Molinas ha mantenido repetidos contactos con personas que serían contratadas por Fomento, directamente o a través de un grupo puente, para llevar los aspectos técnicos de la operación. Estas personas tienen en común el haber sido colaboradores de Manuel Fraga y haber ocupado altos cargos en el Diario de Barcelona. Se trata de Antonio Alemany (ex director de dicho diario y de Diario de Mallorca), Manuel Milián Mestres y Celedonia Sala (antiguos consejeros del rotativo). Las mismas fuentes detallaron que el empresario periodístico Sebastián Auger percibió el proceso e intentó, infructuosamente, que sus diarios, afectados por una grave crisis, se beneficiaran de forma preferente de los aspectos informativos y publicitarios del tema.

Las fuentes indicaron que la actual dirección de Fomento del Trabajo Nacional, repetidamente acusada de falta de capacidad e incidencia, intentará prestigiar su criticada imagen, pero insistieron en que el origen del tema la supera y pasa directamente por Carlos Ferrer Salat y otros destacados empresarios catalanes.

En el plano teórico, el modelo inspirador ha sido la actitud adoptada por las organizaciones empresariales francesas ante las contiendas electorales. También se valoró el resultado de acciones menores que se dieron en Barcelona en anteriores elecciones, en particular la edición de unos opúsculos titulados Efectos del voto socialista, de contenido antisocialista y repartidos muy poco antes de los dos últimos procesos electorales.

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