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Un joven de dieciocho años lanzó el cohete mortal en Roma

Juan Arias

Ha sido identificada la persona que el domingo disparó en el campo de fútbol de Roma un cohete que costó la vida al mecánico Vincenzo Paparelli, que estaba sentado en los graderíos esperando que empezara el partido Roma-Lazio. Se trata del joven de dieciocho años Glovanni Fiorillo. Es uno de los jóvenes más fanáticos que acude a los partidos.Habita en el barrio popular de Roma Piazza Vittorio, y es de familia humilde. El domingo por la tarde desapareció de casa. La policía ha podido identificarle después de haber escuchado a más de doscientas personas que se presentaron espontáneamente a declarar después de la llamada de los periódicos a colaborar con las fuerzas del orden.

Con estos testimonios, la policía detuvo al joven Enrico Marcioni, amigo de Giovanni. Enrico confesó todo a la policía. Se había tratado de cuatro cohetes antigranizo comprados en una tienda romana de caza y pesca. El propietario ha sido inmediatamente detenido. Cada cohete cuesta unas dos mil pesetas. El joven, con varios amigos cómplices, consiguió entrar en el campo escondiendo los cuatro artefactos. Dispararon tres. Cuando les llegó la noticia de la muerte de Paparelli huyeron corriendo, escondiendo en un impermeable el cuarto cohete, que no había tenido tiempo de disparar.

Los padres de Giovanni dicen que su hijo ha vivido siempre más fuera que dentro de casa. Su habitación está pintada completamente con los colores amarillo y rojo del equipo de Roma. Al parecer, la policía ya lo conocía. Cuentan que una vez se presentó al presidente del equipo pintado con los colores de su equipo, desde los pies a la cabeza, y diciéndole: «Yo en el mundo no tengo nada más que vuestro equipo.»

Las fuerzas políticas (han hecho declaraciones todos los secretarios de los partidos políticos y los ministros del Gobierno) han criticado que haya sido necesario que se llegara a producir un muerto en el campo para afrontar seriamente el problema de la violencia en el deporte. Y han empezado apresentarse las primeras ideas para resolver, por lo menos en parte, el asunto: más vigilancia de la policía en la entrada del campo, prohibición de asociaciones pertenecientes a los equipos, prohibición de carteles en el campo -que sirven casi siempre para incitar a la violencia-, prohibición de que los hinchas de cada equipo se pongan juntos en los lados opuestos del campo, como dos ejércitos en batalla.

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