Grave crisis en UGT de Salamanca
La Federación Provincial de UGT de Salamanca atraviesa una grave crisis que ha culminado con la dimisión en pleno de la comisión gestora que sustituye, hace un mes, a la ejecutiva provincial, la cual presentó asimismo su dimisión. La central sindical, por otra parte, no puede hacer frente a sus gastos, adeuda varias mensualidades del alquiler de su sede, le ha vencido el plazo de amortización de un crédito de tres millones de pesetas para la reforma de los locales y el constructor de la obra amenazó con exigir por vía judicial el pago de las letras firmadas por UGT.Sin embargo, este parece ser el problema de más fácil solución, puesto que, según manifestó a EL PAIS José Luis Cos, miembro del comité central de UGT, tanto el banco como el contratista han aceptado en recientes conversaciones sendas moratorias y la central recabará ayudas de otras partes para resolver la situación planteada. El mayor problema estriba en una serie de enfrentamientos, más personales que ideológicos, según el representante de UGT, que han afectado a las anteriores ejecutivas y gestoras.
Personas allegadas a la central sindical han afirmado que miembros de ésta han solicitado al comité de conflictos que abra expedientes en tomo a la conducta de algunos dirigentes de la organización, entre los que se encuentran un senador del PSOE, dos concejales del Ayuntamiento de Salamanca y un ex secretario provincial de UGT. Estas personas encabezarían uno de los grupos enfrentados en la Federación Provincial, cuya existencia ha sido reconocida por los propios dirigentes de la central.
Para buscar una solución definitiva a este problema se ha convocado un congreso extraordinario provincial que elegirá a finales de septiembre un nuevo comité ejecutivo. La preparación del congreso correrá a cargo de una nueva comisión gestora, que será designada la próxima semana y en la que podrían figurar personas que ya estuvieron en puestos directivos tras la legalización de UGT. El primer objetivo a conseguir por la Federación Provincial de Salamanca será, según José Luis Cos, imprimir una dinámica de actividad y formar una ejecutiva coherente. También señaló que «vamos a acabar con los enfrentamientos; en algunos momentos resulta necesario imponer disciplina porque, si no, se acaba en el desmadre ».
UGT tiene en Salamanca unos locales cuyo alquiler alcanza una mensualidad de 130.000 pesetas y cuya reforma supuso una obra de seis millones, que se deben en su mayor parte. Esta «irracionalidad», en expresión de José Luis Cos, ha motivado los problemas económicos, agravados por la pérdida de militantes ante la deficiente organización de la central. Los gastos fijos mensuales de UGT en Salamanca suponen unas 350.000 pesetas, en tanto que los ingresos son sensiblemente inferiores.
