_
_
_
_
_

Habrá revisión salarial, aunque no de convenios, y subirán los precios energéticos

No habrá renegociación de convenios, aunque sí se regulará la aplicación a los salarios del impacto causado por el aumento de precios sobre lo previsto en el primer semestre. El Gobierno está dispuesto a abordar con realismo la situación energética y a asumir todas las consecuencias del mayor precio del petróleo, es decir, subirá el precio de la gasolina y demás productos energéticos. Estos son los dos datos sobresalientes comunicados ayer por el vicepresidente Fernando Abril a los periodistas, en una conferencia de prensa.

El señor Abril compareció, según dijo, para anunciar personalmente una mala noticia. La subida de los precios de mayo, que sitúa el índice de los cinco primeros meses al borde del 6,5 % fijado por el Gobierno como límite para el primer semestre. El vicepresidente señaló que todo parece indicar que a finales de junio se habrá superado en varias décimas el tope fijado como cláusula de salvaguardia en los convenios, y que el Gobierno, en «términos morales», tendrá que reglamentar un sistema de revisión o adaptación salarial. Aún no hay nada previsto sobre este aspecto, dijo, aunque está completamente descartada una renegociación de convenios, que supondría nuevos planos de tensión para el país en un momento en que ya tenemos bastantes problemas. La decisión se tomará en la última decena de julio, una vez conocido el índice de junio.

Los precios

La mala noticia fue debidamente presentada por el señor Abril, que señaló que mayo ha sido el primer mes de los últimos dieciocho en el que se ha registrado un aumento de la tasa anual de inflación. Dijo también que no se sabe si esto será una tendencia que se mantendrá en los próximos meses o será algo esporádico. Y concluyó destacando que con respecto a los demás países de la OCDE, referencia obligada, nuestra tasa de inflación ha mejorado, ya que en 1977 fue tres veces superior, en 1978, dos, y en estos momentos, 1,6 veces mayor.

A la hora de buscar culpables del aumento de precios encontró cuatro fundamentales. Los hoteles y restaurantes, cuyos precios han crecido más del doble de la media; los automóviles, que han hecho otro tanto, la asistencia médica privada y el calzado.

"Desindiciar" la economía

Este hecho permitió al vicepresidente exponer su vieja tesis de que es preciso olvidarse del índice de precios al consumo como tasa para plantear las revisiones salariales. Manifestó su deseo de convocar a las fuerzas sociales para dialogar sobre este punto y tratar de establecer un nuevo índice.

A lo largo de toda la reunión, el señor Abril insistió en la necesidad de «desindiciar» la economía en general, para evitar su esclerosis. Tenemos que convencernos, dijo, de la situación de crisis en que estamos embarcados desde hace cinco años, que nos va a costar perder capacidad adquisitiva y que supone olvidar etapas pasadas de crecimiento continuado que nunca volverán.

En este punto señaló que la economía española, siempre que todo vaya bien, puede crecer un 5 % anual, que permitiría reducir en unas décimas -pocas- la tasa actual de desempleo.

Sube la gasolina

El segundo capítulo de la atención del señor Abril a lo largo de la reunión fue el energético. La impresión que se pudo sacar de sus palabras es que la energía va a ser el eje de la política económica del Gobierno. En torno a la gasolina, el ciudadano va a conocer y sufrir la magnitud de la crisis, y por ello los precios subirán en breve y el racionamiento tendrá que llegar. Aunque el señor Abril no habló ni fue preguntado sobre el racionamiento, sí dijo que una sociedad no puede tener garantizado permanentemente el número de litros de gasolina que demanda libremente el mercado.

En esta ocasión, las decisiones de la OPEP, que se conocerán probablemente hoy, caerán sobre el consumidor, que va a ver multiplicados los precios de la energía, empezando por la gasolina. «Hasta ahora hemos actuado en materia de energía con mucha moderación», dijo Fernando Abril, «pero a partir de la decisión de la OPEP en Ginebra, lo haremos con crudeza, no vale meter la cabeza debajo del ala.»

A lo largo de sus intervenciones, el señor Abril dejó claro que no descarta negociaciones inmediatas con las fuerzas sociales, sindicatos y patronal, acerca de la política económica. De estas negociaciones o diálogos no saldrán, necesariamente, acuerdos, aunque sí, dijo, nuevos enfoques y perspectivas. El Gobierno, señaló en un momento, va a tomar muchas iniciativas, algunas de acuerdo con sindicatos y patronales, o sólo con alguno de ellos, o sin acuerdo.

Fernando Abril no quiso formular pronósticos ni fijar objetivos, va que la realidad es muy cambiante. Por ejemplo, dijo que los precios que pagamos por el petróleo han cambiado en un mes de una media de 16,54 dólares por barril, a 17,50 dólares. Con estas variaciones todos los pronósticos quedan distorsionados.

A la largo de la hora y media que duró la conferencia de prensa, Fernando Abril, vestido de azul y gemelos de oro con el anagrama de UCD, sudó, bebió más de medio litro de agua de Solan de Cabras, especial para tratamiento de riñón, y se mostró especialmente seguro de sí mismo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_