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España negocia la adquisición de crudos en Argelia

Por segunda vez en el espacio de pocos días, las autoridades argelinas han reafirmado la necesidad de un reajuste gradual de los precios del crudo vendido por la OPEP en ocasión de la reunión ministerial de «consulta y concertación» anunciada para el 26 de marzo en Ginebra. Argelia advirtió ayer que consideraría como una «agresión política a la revolución iraní» el que algunos países árabes aumentaran las ventas de petróleo con el objetivo de apropiarse de la plaza libre dejada provisionalmente por las exportaciones iraníes.Argelia, que en el seno de la OPEP juega preferentemente una baza política, preconiza una «acción solidaria» de esa organización en respuesta no tanto al efecto coyuntural de la suspensión de las ventas iraníes como a la evolución fundamental de la relación entre oferta y demanda en favor de los países exportadores.

En otras palabras: los argelinos «constatan» el nerviosismo de los clientes tradicionales de Irán, entre ellos España, que desearían aumentar sus importaciones para precaverse de un mayor desequilibrio del mercado, en lo que Argel estima son «intervenciones puramente especulativas».

Como consecuencia de ello, la política argelina, no obstante tener presente la complejidad de los factores técnicos, económicos e incluso psicológicos que influyen en la demanda mundial energética, se basa en lo que podría calificarse como «doctrina Bumedian». Con referencia a lo expresado en 1975 por el difunto presidente argelino: a saber, que el mundo ha dejado de «bañarse en petróleo» y que debe aplicarse un plan global de alzas progresivas del crudo.

Las acciones que defenderá la delegación argelina en Ginebra se dirigen en dos direcciones: demostrar que la simple ausencia de la producción de un solo país miembro de la OPEP desemboca en un cambio brutal de su sentido de la tendencia, no obstante las compensaciones de otros países, y asegurar que la OPEP no caiga en la tentación de cubrir el hueco dejado por Irán para «agredir políticamente» a una revolución islámica que estaría dispuesta a apoyar la causa del pueblo palestino.

En consecuencia -y este llamamiento se destina con claridad a Arabia Saudita y los Estados del golfo Arábigo-, sería contraproducente que la OPEP-aumente sus exportaciones sin un reajuste de precios inicial.

Argelinos y liblos ya han dado la pauta a seguir al anunciar que si es necesario aumentarán el precio del barril entre dos y tres dólares.

Esta «línea dura» defendida por Argel ha sido tenida en cuenta, en apariencia, por España, en el marco de las negociaciones discretas que acaban de tener lugar en la capital argelina. La parte española ha solicitado de la argelina un aumento sustancial de las ventas de petróleo (se habla de un millón de toneladas anuales), que sólo podrá verse realizado a partir del año próximo, a niveles de precios que todavía no han podido ser conocidos.

Existe, por otra parte, la posibilidad de que Argelia sirva de intermediario «para sacar del aprieto» a la parte española, incluso dentro de este año. Esa última gestión concierne no al Gobierno, sino a una de las formaciones políticas de la oposición española, en concreto a la única que contaría con un «capital de confianza» entre los argelinos.

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