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Elecciones 1979

"En el Ministerio de Cultura no sucede nada de nada"

«En la avenida del que os dije número 39 hay un mamotreto de granito en el que se lee: Ministerio de Cultura. En época electoral debería denunciar lo que sucede dentro de ese mamotreto. El problema es que no puedo hacerlo porque dentro no sucede nada de nada y no es posible atacar al vacío», dijo ayer Enrique Llovet en la presentación del libro Propuestas culturales del PSOE.

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El señor Llovet, que citó el último informe de Metra-Seis, según el cual el 64% de los españoles no puede dar el nombre de un solo director de cine y el 42,4% no recuerda el nombre de ningún escritor, se mostró partidario de una cultura descentralizada y democratizada que actúe en una doble dirección para que los bienes de la creación lleguen a todos y todos participen en esos actos de creación.Rafael Ballesteros, responsable del frente cultural del PSOE, que intervino con anterioridad, dijo que el franquismo había supuesto la represión y prostitución del hecho cultural, y que su partido se pregunta qué debe y puede hacer por la cultura. El señor Ballesteros respondió con tres puntos: «Defender, potenciar y consolidar la libertad, no manipular ni centralizar los hechos y las ayudas culturales y no considerar a la cultura dividida en rebelde y oficial, porque la cultura es una cosa viva.

Ignacio Sotelo, autor de la ponencia introductoria del libro, en la que habla sobre socialista y cultura, hizo un extenso análisis de lo que calificó como «difíciles y conflictivas relaciones entre los hombres de la cultura y de la política. »

Alfonso Guerra, número dos de los socialistas, afirmó que el libro no es el programa que su partido expone sobre la cultura en un momento de campaña electoral, sino unas propuestas que pretenden desligarse de la campaña. El señor Guerra, que dijo que la lucha del PSOE por la cultura es intentar evitar que ésta se reduzca a un proceso de mercancía de intercambio, se refirió a la intervención de Ignacio Sotelo y dijo: «No sé si se puede ser un dirigente político y al tiempo escribir poemas. Pero puedo decir al menos que no es esto lo que le pasa a la persona que, oficialmente, dirige este país y que tras unas vacaciones respondió a un periodista que le preguntaba qué había leído, diciendo que Papillón. »

Tras manifestar que «el ministro de Cultura es un candidato que ha pasado de censor a ministro y que tiene un desprecio absoluto por la cultura, desprecio que comparte con otra gente, como, por ejemplo, con los ministros del Gobierno», el señor Guerra terminó afirmando que «UCD está atada de pies y manos por el Opus en el terreno cultural, con Antonio Fontán como director espiritual, por lo que. quizá asistamos a una política de matrimonios blancos y votos de castidad».

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