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Dificultades para aplicar en la práctica el acuerdo Instituto Nacional de Previsión-centrales sindicales

Ayer a las seis de la tarde comenzó, en el Colegio de Médicos de Madrid, la asamblea de la coordinadora estatal de hospitales con la asistencia de diversos centros sanitarios. A última hora de la tarde de ayer aún no se había adoptado ninguna decisión respecto a la postura a seguir ante el rechazo del INP a negociar con dicha coordinadora el tema de las guardias. Según manifestó a Efe un portavoz del Sindicato Médico Libre, delegado de la residencia sanitaria La Paz, de Madrid, ni este centro, ni el Ramón y Cajal, ni el Puerta de Hierro, pensaban asistir a la reunión. Estos centros abandonaron la última reunión de la coordinadora por considerar que la elección de sus miembros había sido manipulada y que no admitía que alguno estuviera sindicado.

Un grupo de médicos, que se autodenominan independientes, no afiliados a partidos ni central alguna manifestaron a Europa Press que la coordinadora está manipulada por el Colegio de Médicos de Madrid y que tampoco es preventiva del estamento médico, al igual que nadie de cuantos negocian con el INP.Un miembro del citado grupo independiente manifestó que los acuerdos a los que se llegue en las conversaciones INP-centrales sindicales, pueden no ser cumplidos por los médicos desde el primer día. Según esta persona, las asambleas de médicos de plantilla realizadas en días recientes en las más importantes instituciones médicas de Madrid (Puerta de Hierro, Ramón y Cajal, La Paz) y de otras importantes ciudades españolas, ha vuelto a rechazar que dichos médicos sean representados por las centrales sindicales.

El problema estriba en que las candidaturas independientes, que obtuvieron más del 50% de los votos en las pasadas elecciones sindicales, carecen de representatividad jurídica ante el INP, al no hallarse constituidas como auténticas centrales.

En la mañana de ayer, miembros de tres centrales sindicales contactaron con el delegado general del INP, señor Minondo, para tratar de encontrar una salida a la situación creada tras la ruptura de las negociaciones, encaminadas a la creación de la comisión central de las guardias, provocada por la retirada de la reunión del Consejo General de Colegios Médicos y del Sindicato Médico Libre.

Las centrales sindicales son el único interlocutor con que cuenta el INP en estos momentos, ya que el Consejo General abandonó la reunión al reiterar Comisiones Obreras la necesidad de que en las conversaciones estuviera presente la coordinadora de hospitales. Según el Consejo, esta exigencia supone una falta de respeto a dicho organismo.

El Sindicato Médico Libre abandonó igualmente la reunión, al exigirle Comisiones Obreras que se comprometiera a aceptar los acuerdos logrados en la reunión del 28 de julio. Como se recordará, el SML abandonó también aquella reunión por considerar que la regulación de las guardias sólo puede ser efectuada por el personal médico de los centros sanitarios.

Una de las denuncias más constantes de las centrales sindicales a lo largo del conflicto surgido a raíz de la decisión ministerial de reducir los gastos presupuestarios previstos para las guardias médicas y el régimen de alimentación de los enfermos, fue la de que tras esas decisiones se escondían unos planes en favor de una mayor privatización de la medicina en España.

EL PAÍS obtuvo un documento interno del mencionado Ministerio que bajo el título de Consideraciones sobre la propuesta de modelo de asistencia primaria fue elaborado por el director general de Asistencia Sanitaria, doctor Cuesta, o, cuando menos, por su departamento en base a la propuesta de modelo de asistencia primaria elaborado por el Instituto de Estudios de la Salud y Seguridad Social. La dirección general mencionada presentó, pues, al Ministerio el plan que éste le había solicitado, cuyas líneas maestras serían la creación de centros rurales con fines de asistencia en Medicina general, apoyados en centros comarcales con especialidades y medios de diagnóstico suficientes. El Ministerio rechazó el plan y propugna, al parecer, un cambio radical a fin de permitir la práctica de una medicina liberal y privada, basada en los siguientes puntos:

1. Los centros no dispondrán de consultas médicas y pediátricas, ya que estas se efectuarán en las consultas particulares.

2. El centro solamente será de apoyo logístico, laboratorio, radiología y rehabilitación primaria.

3. Todos los médicos colegiados podrán pasar consulta a los asegurados, pertenezcan o no a la Seguridad Social.

4. El asegurado elegirá libremente al médico.

5. La Seguridad Social entregará a los Colegios de Médicos los fondos fijos destinados a cubrir este gasto de la medicina primaria. El colegio distribuirá el dinero entre los médicos colegiados en proporción a los actos prestados.

6. El médico puede rechazar el número de enfermos que desee.

7. El asegurado pagará un porcentaje del costo de la consulta al médico (del 15 al 20%) sin derecho a reintegro.

Estas propuestas del Ministerio fueron duramente criticadas por la dirección general de Asistencia Sanitaria en las mencionadas Consideraciones sobre la propuesta de modelo de asistencia primaria y fuentes bien informadas manifestaron a EL PAÍS que motivó la dimisión del doctor Cuesta, sustituido por el actual director general, doctor Evangelista.

Las centrales sindicales temen que esta reforma, discutible y polémica, se pretenda aprobar por decreto-ley.

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