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"Los resultados de los esfuerzos de Pablo VI fueron parciales"

«Pablo VI fue una personalidad sumamente complicada sobre la que sería relativamente fácil emitir un juicio. Por mi parte no quisiera ejercer el papel de juez», ha manifestado a EL PAÍS el teólogo Hans Küng, consultor del Concilio Vaticano II y autor, entre otras obras de hondo contenido polémico, de ¿Infalible?, Ser cristiano e Iglesia en concilio. El doctor Küng, uno de los principales teólogos del mundo, es profesor de la Universidad de Tubinga.« Personalmente, estoy agradecido al papa Pablo VI por su respaldo, que he experimentado durante años, especialmente en lo tocante al problema suscitado sobre el tema de la infalibilidad. He defendido decididamente al Papa fallecido, al que conocí como cardenal, cuando se puso en juego su integridad moral y su compromiso pastoral. De él debo decir que fue un hombre de tolerancia intelectual y profunda conciencia de su responsabilidad. Intentó abiertamente un nuevo encuentro entre los cristianos y con el mundo actual. Sin lugar a dudas se comprometió especialmente con el problema del mantenimiento de la paz mundial, con la situación del Tercer Mundo y con el devenir de la política de desarrollo. Pero los resultados de sus esfuerzos fueron parciales. Se encontraba situado en medio de dos frentes. »

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«Con todo, durante el Concilio y después de él su actitud contribuyó a estimular la postura de los cristianos conservadores, a impulsos de la curia romana y de gran parte del episcopado mundial. Desde el punto de vista teológico, estuvo mal aconsejado. Problemas eclesiales agudos, como el problema del celibato eclesiástico y, en, consecuencia, el del reconocimiento de las funciones eclesiales dentro del protestantismo, siguen sin encontrar solución. En cuanto al problema del control de la natalidad, Pablo VI adoptó una decisión inadecuada que conmocionó profundamente la autoridad de la Iglesia y llevó a muchos hombres a una aguda crisis de conciencia.»

«En lo tocante a ecumenismo, el Papa fallecido condujo a la Iglesia a un estancamiento innecesario que precipitó al campo católico a una polarización innecesaria, desconocida en el pontificado de Juan XXIII. Pablo VI padeció la gran tragedia de sufrir íntimamente múltiples problemas que no logró resolver.»

En cuanto a la posibilidad de un nuevo período en la Iglesia, quizá la convocatoria de un nuevo concilio ecuménico, el profesor Hans Küng opina: «Un nuevo concilio sería una posibilidad, pero estoy convencido de que un nuevo Papa, movido por una buena disposición, podría resolver muchos problemas.»

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