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Tribuna
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Más contrasentidos

Los contrasentidos del fútbol español no terminan nunca. Mañana se celebra una nueva asamblea el general, que parecía prometer grandes cosas tras el descalabro del Mundial, pero los calores veraniegos, las vacaciones y el inmovilismo tradicional de este país van a dejarla en algo casi intrascendente. En realidad es lo lógico con los planteamientos existentes.Ayer se presentó en Madrid, por ejemplo, el X Trofeo Internacional Ciudad de Palma de Mallorca, uno de los torneos veraniegos de más fuste para los malos tiempos económicos que corren. Los días 17, 18 y 19 de agosto intervendrán Real Madrid, Rayo Vallecano, Flamengo (Brasil) y Racing White (Bélgica). El organizador será, una vez más, el Ayuntamiento de la ciudad, con su alcalde-presidente a la cabeza. El detalle entrañable de esta edición fue, también ayer, la entrega de la insignia de oro y brillantes, en homenaje póstumo, a doña María viuda de Santiago Bernabéu.

El contrasentido, sin embargo, es que mientras el alcalde mallorquín se dedica a organizar torneos internacionales con entidad, el primer club de su ciudad -que en los años sesenta estuvo cuatro temporadas en Primera División- da tumbos desde hace bastante tiempo para no desaparecer en la indigencia. La última temporada fue la más lamentable no sólo de su historia, sino de todo el fútbol nacional. Aparte de descender de Segunda B a Tercera, sus jugadores salieron a subasta pública al no tener el club dinero para pagarles. La situación actual es más o menos la misma, pues acaba de dimitir la directiva y un grupo de aficionados tratan de dar soluciones de emergencia regalando dinero de sus bolsillos.

A mediados de agosto sería ridículo que fuese ente a ver al Real Madrid y compañía y que el Real Mallorca, hartos sus jugadores -que apenas le quedan ya-, hubiese desaparecido. El alcalde, aunque tenga relativa obligación, podía organizar menos espectáculo veraniego y ayudar más al primer equipo de su ciudad.

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