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Pleno del Congreso

Rodríguez Sahagún: "Creo en una Babcock viable, rentable y posible"

Una pregunta del diputado Rodolfo Guerra, del grupo Socialistas de Cataluña, sobre presuntas corrupciones en RTVE, y una interpelación al Gobierno sobre la situación de la empresa Babcock Wilcox, en suspensión de pagos actualmente, formulada por los diputados Nicolás Redondo y Francisco Letamendía, de los grupos socialista y mixto, respectivamente, y apoyada por otros grupos parlamentarios, fueron los principales temas abordados en la sesión de ayer del Plano de¡ Congreso de Diputados, iniciado el día anterior con el debate sobre la proposición de ley socialista sobre medidas contra el paro, y en cuya votación fue derrotado el partido del Gobierno.

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Además de estos temas, el Pleno del Congreso debatió diversas interpelaciones y preguntas, relativas unas a la gestión de la Seguridad Social y a las elecciones sindicales en la Administración Pública, y otras, a los criterios sobre instalación de casinos de juego y sobre el servicio social de la mujer.La pregunta formulada por el diputado Rodolfo Guerra, sobre presunta corrupción en RTVE, se refirió concretamente a las acusaciones de corrupción que el pasado 16 de febrero y en fechas posteriores realizó un semanario contra José María Carcasona, alto directivo de TVE. El diputado indicó que, en principio, el señor Carcasona se querelló contra el semanario, pero posteriormente había retirado la querella. Preguntó en concreto si se había abierto algún expediente para aclarar el tema y en qué situación se encontraba dicho expediente.

El ministro de Cultura, Pío Cabanillas, respondió en nombre del Gobierno, señalando que era un tema de una delicadeza extrema y que la contestación que iba a dar la hacía teniendo en cuenta que se hablaba de una persona que no podía defenderse ante la Cámara. Informó que en su día había abierto un expediente de información, que fue archivado por no haberse encontrado pruebas sobre las imputaciones formuladas contra el señor Carcasona. El diputado señor Guerra volvió a tomar la palabra para afirmar que en modo alguno había hecho acusaciones contra el señor Carcasona.

«En otro país -afirmó-, este hecho hubiera provocado una co misión de encuesta del Parlamento para investigar el caso». El minis tro señor Cabanillas volvió a insis tir en que éste era un caso específico en que se había atentado contra el honor de una persona, que los hechos no habían sido concretados y que dudaba de que el artículo 130 del reglamento del Congreso de Diputados permita preguntas como la planteada, ya que este tema sólo podía ser aclarado a través de los cauces establecidos en un Estado de Derecho.

La respuesta del ministro fue contestada con grandes protestas por parte de los diputados socialistas, que durante algunos momentos golpearon los escaños con sus manos, en tanto que se producían aplausos por parte de algún dipu tado de UCD.

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La situación de la empresa Babcock Wilcox dio ocasión a un amplio debate, con intervención de los representantes de los grupos parlamenarios que, en su mayoría, han presentado interpelaciones sobre esta empresa que cuenta con más de 5.000 trabajadores y da empleo, asimismo, a otros 25.000 de empresas auxiliares.

Nicolás Redondo, secretario general de UGT y diputado socialista, señaló que la situación de Babcock Wilcox no constituye un problema aislado, sino social, y en cuya resolución deben colaborar el Estado, el capital y los trabajadores. El diputado vasco Francisco Letamendía, del Grupo Mixto, tras aportar algunos datos sobre la empresa, indicó que el Banco de Vizcaya, verdadero propietario de la empresa, ha desatendido sus obligaciones para con ella. Añadió que la posibilidad de desaparición de Babcock Wilcox es real y ello, además de agravar la situación de la balanza de pagos en el sector de bienes de equipo, supondría un nuevo factor de deterioro del orden público en Euzkadi. Dijo que el anterior ministro de Industria, señor Oliart, había aceptado plenamente la solución propuesta por la empresa, aunque la entrada en el Ministerio de Industria del actual titular, señor Rodríguez Sahagún, había abierto una vía de la negociación, aunque ambigua.

En respuesta a las diversas intervenciones, el ministro de Industria, señor Rodríguez Sahagún, señaló que tras cuarenta años de profundo intervencionismo estatal y de paternalismo económico, ha llegado el momento de romper uno y otro y de que cada una de las partes que intervienen en el proceso económico asuma la responsabilidad y protagonismo que le incumbe.

Añadió que la crisis de Babcock Wilcox deriva del modelo económico de los años sesenta, inadecuado y triunfalista, y afirmó que, a pesar de todo, cree en una Babcock Wilcox viable, rentable y posible y que la solución que se adopte en este caso será modélica para las otras docenas de empresas que actualmente se encuentran en esta situación.

Tras citar las tres partes afectadas por la crisis de Babcock Wilcox, a saber, los actuales accionistas, los acreedores y los trabajadores, afirmó que cada una de ellas tendrá que hacer, llegado el caso, sacrificios. El ministro aseguró por su honor que no existen planes de reestructuración paralelos a los que se están negociando con el comité de empresa y anunció que a primeros de junio existirá una entidad con capacidad de gestión para estudiar los problemas de las empresas en crisis.

Aseguró, por otra parte, el señor Rodríguez Sahagún, que en una reciente entrevista con empresarios y grupos financieros, éstos se mostraron de acuerdo con aportar créditos por valor de unos 2.500 millones de pesetas, en caso de que se llegase a un acuerdo.

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