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Dar facilidades al transporte aumenta los problemas que se derivan de él

«Lejos de solucionar los problemas que plantea el transporte urbano, una política tendente a la creación de grandes infraestructuras viales, que indirectamente favorece el uso del coche, ha aumentado aquellos y los ha trasladado en el espacio y en el tiempo.» Estas palabras, pronunciadas por el catedrático de Economía y Coordinación de Transportes, Rafael Izquierdo, podrían ser el resumen global de las intervenciones habidas el pasado jueves, en el curso de una mesa redonda, organizada por el Colegio Mayor Castilla, en torno al tema «los transportes urbanos en las grandes ciudades».En esta mesa intervinieron, además del señor Izquierdo, José Luis Montemayor, director generente de la Empresa Municipal de Transportes; Eduardo Nuez, subdirector de la Compañía Metropolitano de Madrid; Antonio Gómez Fugairiño, jefe del gabinete de Planeamiento y Economía de Transporte de Renfe; Santiago Estrada, delegado de Circulación y Transportes del Ayuntamiento de Madrid, y Jorge Hernando, secretario general del Consejo Superior de Transportes, del Ministerio de Transportes y Comunicaciones.

La problemática global y general del transporte en las grandes ciudades fue enfocado por Rafael Izquierdo, quien hizo un análisis de cuáles han sido las actuaciones habidas hasta ahora en varias capitales europeas y americanas y de los resultados que se han obtenido por estas actuaciones.

Para él se han producido, a lo largo de la historia, unos movimientos crecientes y decrecientes, alternativamente, en la utilización de los transportes públicos en detrimento del vehículo privado. En los momentos presentes nos encontramos es una etapa en la que vuelve a crecer masivamente la utilización del transporte colectivo, en función de una mejora de la calidad del servicio, fruto de las inversiones realizadas en los últimos años.

A lo largo de todas las intervenciones se insistió abundantemente en que el hecho del transporte no debe ser nunca considerado como un fenómeno aislado, sino que debe integrarse en coordinación con otro tipo de políticas, sobre todo en lo referente a planificación urbanística.

Jorge Hernando, por ejemplo, destacó el que la organización de los transportes en una gran ciudad debe ser contemplado en su doble vertiente del espacio y del transporte propiamente dicho, basándose en una doble preocupación: calidad del transporte y administración adecuada de los recursos con que se pueda contar a la hora de ofrecer el servicio. Esta organización estaría basada en la ordenación del territorio, el estudio de los recursos naturales con que se pueda contar -«una gran red de transportes empobrece una zona ya de por sí pobre»-, la creación de nuevas ciudades que descongestione las grandes urbanizaciones y remodelación del centro de las ciudades. « Una vez con ésto en la mano, se pueden hacer dos cosas: cruzarse de brazos o hacer las inversiones necesarias, pero pensando siempre en que es necesario también realizar otras», dijo.

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