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Felipe González pide una readaptación de las inversiones norteamericanas en España

La necesidad de que la inversión extranjera (en este caso norteamericana) se adapte al nuevo proceso de relaciones industriales en nuestro país fue puesta ayer de manifiesto por el secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Felipe González, en sus entrevistas mantenidas en Detroit con los directivos de las dos grandes firmas americanas del automóvil, Ford y Chrysler, que tienen factorías abiertas es España.

La prensa norteamericana, que informa conjuntamente (al tiempo que establece comparaciones) de las visitas del secretario general del Partido Comunista de España (PCE), Santiago Carrillo, y del líder socialista, ha subrayado especialmente el carácter político de la visita de este último, sobre todo por los contactos que mantendrá con altos cargos de la Administración de EEUU.A este respecto, en una rueda de prensa celebrada en Detroit, los periodistas norteamericanos insistieron fundamentalmente en el carácter político del viaje, aunque no se dejarán al margen los temas sindicales. Fueron constantes las preguntas relacionadas con la coincidencia de su estancia en EEUU con la de Carrillo.

Felipe González afirmó a este respecto que a ninguna de las dos visita se le podía dar carácter oficial -ya que se debían invitaciones privadas de la Universidad y de los sindicatos, respectivamente-, pero era indudable que él iba a mantener una serie de contactos políticos. y no así el líder comunista, por dos razones: primera, porque el PSOE representa casi un 30 % del electorado español, frente a un 9 % del PCE, y en segundo lugar, porque la Administración Carter debía ver al PSOE como una alternativa de poder.

Refiriéndose a la declaración de Carrillo el día anterior, ante un piquete de huelga que intentó impedirle el paso a la Universidad de Yale, al afirmar que el sindicalismo americano es y ha sido reaccionario y no ha apoyado el proceso democrático español, Felipe González señaló que le parecía una apreciación injusta para el sindicalismo de EEUU, y que había que referirse más bien a los Gobiernos norteamericanos que apoyaron durante tanto tiempo la dictadura de Franco.

Felipe González comentó también otra declaración de Carrillo en Yale, referida a que no existían grandes diferencias entre eurocomunistas y socialistas, en los siguientes términos: «Si eso fuera cierto, Carrillo debía dejar el comunismo y encuadrarse en un partido como el PSOE. Yo creo que sí existen diferencias, y la principal es que el comportamiento de los partidos comunistas en Europa occidental es extremadamente pluralista y democrático, pero internamente no tienen un funcionamiento democrático.»

En el plano sindical tuvo importancia la entrevista que mantuvo Felipe González con su anfitrión, el presidente de la UAW, Douglas Frazer. Este sindicato es uno de los más progresistas de Estados Unidos -no pertenece a la confederación AFL-CIO- y en él está encuadrada una de las ramas más importantes de la industria USA: la del automóvil.

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En relación a las entrevistas que el secretario general del PSOE mantuvo en la tarde de ayer con el vicepresidente de la Ford y el presidente de la Chrysler cabe destacarse el interés demostrado por Felipe González en torno a que los inversores norteamericanos readapten sus sistemas a las nuevas relaciones industriales españolas.

Felipe González expuso al presidente de la Chrysler la inquietud de los trabajadores de la factoría española -con los que el líder socialista mantuvo una larga entrevista antes de salir a Estados Unidos- por las dificultades que atraviesa la filial española, que, al parecer, se niega a seguir manteniendo el mismo ritmo de producción.

Estas dificultades económicas repercuten en industrias auxiliares y proveedoras de la Chrysler, que emplean un número de trabajadores que representa casi un 50 % más que la plantilla de Chrysler.

Ante el temor mostrado por el empresariado extranjero de un inmediato proceso de socialización en España, lo que les está llevando a estudiar el diversificar el proceso productivo, de modo que en nuestro país y en relación con la Chrysler y la Ford no se construyan en su totalidad los automóviles, sino tan sólo determinadas piezas de los mismos, el líder socialista tranquilizó al empresariado de EEUU al señalar que no veía de modo inmediato un proceso de socialización en el ramo del automóvil, y que pensaba que en la dinámica española las perspectivas de socialización de este tipo de empresas son muy lejanas.

Posible encuentro con Carter

No se descarta que el líder socialista sostenga un encuentro con el presidente Carter. Aunque no se trataría de una entrevista formal -ya que Carter no recibe líderes de la oposición de otros países-, en las últimas 48 horas se han hecho intensas gestiones -de las que no es ajeno el presidente de la UAW, Douglas Frazer- para que el presidente americano salude en la Casa Blanca al líder español.

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