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Los aeropuertos, paralizados

Los aeropuertos españoles quedarán paralizados a partir de las ocho de la mañana de hoy, hora prevista para el inicio de la huelga que durante tres días protagonizará el personal no funcionario de la Subsecretaría de Aviación Civil, en apoyo de sus reivindicaciones económicas, no aceptadas por el Gobierno por considerar que superan los límites contenidos en el pacto de la Moncloa.

El tráfico aéreo -sin ninguna garantía de seguridad, según los huelguistas- tan sólo sería posible si el personal en huelga de los centros de ayuda a la navegación y control de la misma fuera sustituido por militares, posibilidad ésta ni tan siquiera comentada en la reunión que, en un último y fallido intento por evitar la huelga, mantuvo ayer el ministro de Transportes con la comisión negociadora de este colectivo.Unas 105.410 personas, cifra media diaria de viajeros que utilizaron este medio de transporte durante el pasado año, se verán afectadas en cada jornada de la huelga y tendrán que optar, si persistieran en viajar, por utilizar el tren o el coche.

Mil vuelos regulares y unos quinientos charters deberán de ser suspendidos cada día que dure el conflicto.

Los trastornos del conflicto repercutirán también en correos, tráfico de mercancía y distribución de prensa diaria. El 70 % de los envíos postales del exterior no llegarán a nuestro país y, de cumplirse los tres días de huelga, ocasionarían serios trastornos en el reparto de esa correspondencia.

La compañía Iberia facilitó un comunicado de prensa en el que simplemente rogaba a todos los pasajeros que tuvieran previsto realizar algún vuelo en sus líneas confirmaran por teléfono la salida de dicho vuelo, para evitar las molestias que pudieran ocasionarles las cancelaciones.

Aviaco, sin embargo, más explícitamente, informaba que se veía en la obligación de suspender todos sus vuelos durante las tres jornadas que durará el conflicto.

Anoche se suspendieron los vuelos nocturnos, conocidos popularmente como «golfos», y en el aeropuerto de Barajas podían verse a varios diputados y senadores que querían marchar a sus provincias después de haber asistido a los trabajos de las Cámaras.

La desorientación a todos los niveles, junto con la pasividad oficial, es la principal característica de una huelga que, aún no iniciada, ya ha comenzado a originar trastornos en un servicio público de tan vital importancia como es la comunicación aérea.

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