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Los protectores del niño

Juan Cruz

En las capitales occidentales de Europa no se puede evitar que los desnudos aparezcan en los escaparates. En alguna, como en Amsterdam, los escaparates contienen desnudos de carne y hueso, que se mueven e invitan. En España han querido cortar el mal de raíz y previenen que eso ocurra a golpe de decreto del BOE. El fin primordial es defender al niño. Va a ser difícil despintar las insinuaciones que hay en las carteleras, por lo que el cumplimiento de la orden puede retrasarse un tiempo bastante púdico.La indiferencia con que los niños parisienses o londinenses miran los escaparates de los quioscos es un ejemplo para los adultos que se siguen escandalizando en las mesas de despacho acerca de lo que va a perturbar a los infantes. Los niños no están en el poder, pero tienen una inteligencia incontaminada que les hace obviar lo que no les interesa y fijarse en lo que les apasiona. Debe preguntarse el legislador si el Playboy o el Penthouse, por poner dos casos, son capaces de sustraer al muchacho de la contemplación de Astérix, cuyo creador se les murió el último fin de semana.

El niño debe preguntarse por qué es objeto de tanta defensa, cuando en otras áreas se le mantiene tan desasistido. Hubiera sido mucho más convincente que al mismo tiempo que se decretaba en favor de la inocencia de su mirada y se le retira de los escaparates lo que los demás creen que es pernicioso, se hubiera disculído, aprobado y financiado el cumplimiento de una ley del Niño, que contemplara todos los elementos que harían de este ser, de verdad, el llamado hombre delfuturo.

Aquí se les cultiva la mirada y se les cuida de los malos pensami:'entos a los menores. Eso está b i en. Estaría mejor que tambien se les proporcionaran razones para pensar que los adultos están de verdad pensando en todos los restantes problemas de la infancia.

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