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Los futbolistas, dispuestos a reclamar los beneficios de las quinielas

La lucha de los jugadores por una mejora de su situación laboral -que intentaron iniciar Amancio e Iríbar cuando fueron designados como miembros de la comisión que para estudio de estos temas creó la Federación- podría ser reemprendida ahora con el liderazgo de los jugadores de la selección. Estos, descontentos con el panorama de una mayor dureza fiscal, están dispuestos a mover el tema de las quinielas.

Hasta hace poco, los jugadores -sobre todo los grandes, los supermillonarios, que son sólo una pequeña parte de los profesionales del fútbol- se beneficlaban de la manga ancha fiscal, y los beneficios economicos que esto les reportaba eran grandes. Preocupa dos por sus azares deportivos y por sus cuentas corrientes, era difícil que partiera de ellos la iniciativa de poner orden en la desastrosa legislación laboral del fútbol, de la que ellos no resultaban perjudicados. Otros, los más modestos, han sido siempre quienes han sufrido los abusos de los clubs. Estos más modestos nunca se encontraron con nombre suficiente como para que sus tomas de postura tuvieran cierto eco, y el hecho de que sus disponibilidades económicas fueran exiguas -mucha gente del fútbol vive al día- les restaba valor para meterse en problemas. Todo ello ha contribuido durante años a mantener ese estado de cosas. Hoy, puede afirmarse que España lleva un considerable retraso en este as pecto, en comparación con el resto de países, en los que el fútbol tiene cierto desarrollo. Para las figuras extranjeras que vienen a jugar a España resulta sorprendente conocer la falta de unión entre los jugadores españoles para resolver sus problemas.Inquietud entre los seleccionados

Pero ahora las cosas han cambiado para ese alto estamento del fútbol profesional, para esos privilegiados que han alcanzado la condición de figuras por su mayor habilidad y que militan en clubs poderosos y frecuentan la selección. Para estos hombres, una aplicación estricta de las leyes fiscales puede suponer una disminución muy fuerte en sus ingresos. Puede suponer la desaparición de esa posibilidad que hasta ahora existía de resolver su vida con seis o diez años de carrera profesional.

En las últimas concentraciones de la selección, los jugadores han hablado entre sí de estos temas, y ha surgido entre ellos una corriente de reacción que este movimiento no haya surgido hasta el momento en que las estrellas se han visto en dificultades, pero en cualquier caso hay que aceptar que tienen argumentos poderosos en su mano. El más poderoso es el de las quinielas que podrían convertirse en un arma de chantaje en breve plazo.Los jugadores se quejan de que pagan impuestos, pero de que a ellos directamente no les revierte nada. Pagan impuestos, pero no Seguridad Social, y de ahí que no estén cubiertos con seguro médico ni en su retirada. A ellos en realidad es a quienes corresponde organizarse en ese sentido -en otros países han sido los jugadores quienes se han agrupado y han creado sus sindicatos y organismos de defensa-, pero lo cierto es que desde su óptica, pagan demasiado para lo que después reciben.

Las quinielas, ya es sabido, proporcionan unos saneadísimos ingresos al Estado. Todo el deporte nacional vive de ellas. El Consejo Superior ingresa por este concepto del orden de unos 150 millones semanales. Para las diputaciones provinciales va semanalmente la mitad de este total. Los jugadores consideran que ya aportan mucho al erario público a través de las quinielas, y que si las cosas se ponen mal para ellos podrían cerrar el grifo de las quinielas. O no ya cerrarlo, sino apropiarse de su explotación, algo a lo que tienen perfecto derecho legal. Ese es el pensamiento que en estas fechas runrunea en las cabezas de los seleccionados, y que podría tomar forma en un futuro no muy lejano.

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