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Inmediata reorganización del Ejército del Aire

Se espera que en las próximas semanas sea aprobada por decreto-ley una reorganización del Ejército del Aire que afectará tanto a su estructura orgánica -simplificándola y adaptándola a las necesidades actuales- como a la política de personal, para lograr una mayor adecuación entre los empleos y las necesidades del servicio.

Este anuncio, junto con las previsiones de inversión en la década de los años ochenta -que se estiman a título provisional e indicativo en unos 725.000 millones de pesetas fue hecho ayer durante la clausura del Programa de Información Aeronáutica para periodistas que, organizado por el Ministerio del Aire, se ha venido desarrollando en la Escuela Superior del Aire, a cargo del Estado Mayor.Al curso han asistido informadores de prensa, radio y televisión, que recibieron una serie de conferencias sobre justificación, misión, organización, medios y problemas del Ejército del Aire y llevaron a cabo dos visitas a las bases aéreas de Manises (Valencia) y Morón (Sevilla), para contemplar la realidad de las instalaciones y funcionamiento del mando aéreo de la defensa y del mando táctico. Los traslados a las bases se hicieron en aviones del mando de transporte, con lo que se tomaba contacto con las tres vertientes del mando aéreo.

La unidad de mando que coloque en una sola mano esas tres vertientes anteriores es, precisamente, una necesidad sentida en algunos sectores y una opinión doctrinal que todavía no ha tenido reflejo en la realidad ni ha sido prevista en la nueva estructuración, por necesidades de adaptación y cooperación con el Ejército de Tierra y con la Armada.

Durante estas jornadas de información aeronáutica se han puesto de manifiesto -tanto a nivel de exigencia teórica, como de realidad práctica- el alto grado de tecnificación que exige la defensa aérea, la carestía extraordinaria de los medios necesarios para mantener unos dispositivos eficientes y la inevitable renovación permanente de medios y técnicas, dado el grado de sofisticación constante y progresivo de la tecnología aeronáutica.

Ese grado, precisamente, impide por ahora a la industria española atender a las necesidades del Ejército del Aire, que se ve obligado a recurrir a la producción del extranjero, cuidando siempre de diversificar sus adquisiciones para evitar la dependencia exclusiva de un país que pudiese yugular en un momento dado el abastecimiento.

Dentro de la reestructuración que se anuncia, tendrá especial importancia el plan de regulación de empleos para el personal del Ejército del Aire, con el fin de lograr una mayor fluidez en las plantillas, asegurar una promoción suficientemente atractiva y evitar encasillamientos excesivos en un empleo y las irregularidades -por defecto o por exceso- en el recorrido de los distintos grados de la carrera militar.

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Puede afirmarse que la impresión general recogida a lo largo de la semana por parte de los asistentes se centra en la existencia de una alta cualificación profesional por parte del personal del Ejército del Aire y de unos dispositivos, en permanente modernización, que se alcanzan parcialmente y que no cubren el óptimo de las exigencias, siempre limitadas, precisamente, por el extraordinario volumen de los costes. Podría anotarse en este sentido que España es el único país donde las fuerzas del Ejército del Aire ocupan el último lugar en la cuantía de los presupuestos militares respecto al Ejército de Tierra y a la Armada.

Los temas teóricos desarrollados durante el cursillo estuvieron a cargo del coronel Rebuelta, jefe de la Escuela de Estado Mayor, y de los generales Sánchez Cabal, de Querol y Muller, Arias Alonso y Azqueta Brunet, así como el teniente coronel Chamorro Chapinal.

El acto de clausura estuvo presidido, en su primera parte, por el teniente general Felipe Galarza Sánchez, jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, que mantuvo un coloquio con los informadores, al que asistieron el director de la Escuela Superior del Aire, general Sánchez-Tabernero de Prada, y altos jefes del departamento.

Por fin y con asistencia del ministro del Aire, teniente general Franco Iribarnegaray -que dirigió unas palabras a los asistentes-, y del ministro de Información y Turismo, Andrés Reguera, se hizo entrega a los cursillistas del correspondiente diploma acreditativo.

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