Las rebajas
He ido a las rebajas de enero, claro, porque ya saben ustedes que soy cronista de colas y no podía perderme la cola de las rebajas.Pitita dice que no viene por el barullo. Nadiuska dice que no viene porque la meten mano en el tumulto. El parado y el abrecoches detestan la sociedad de consumo. El abrecoches llevaba hoy clavel pasional en la oreja, que se los da la gitana florista de la esquina.
En la cola, lo primero, me he encontrado a Kissinger con su señora, una tal Nancy.
-Usted por aquí, profesor.
-Mi señora, que aprovecha que ya no tengo que hacer guerras para traerme de compras.
-A ver si encuentra usted en juguetería un surtido de ametralladoras -le digo- y se las vende a los palestinos y a los judíos al mismo tiempo, que es lo suyo.
Pero se le lleva, la escalera mecánica, cogido de la Nancy.
Otro que estaba era el marqués de Villaverde, comprándose un hábito de la Orden de Santiago, me parece, que dicen que es miembro. Y Pemán, el hombre, con clara de jubilado jerezano.
-Buenos días, maestro.
-Ya ve ustez, aquí comprándome El Príncipe de Maquiavelo a ver si me aclaro, que esta monarquía tan moderna es que no. la entiendo.
El padre Félix García ha venido a buscar un tervilor rebajado para quitarse la sotana:
-Ahora, los muertos, quieren la extremaunción de paisano.
También había una comisión- de Aguas y Servicios de Los Monegros, comprando un saldo de chaqués, porque les van a recibir en La Zarzuéla. Y toda la socialdemocracia española, en la sección de librería, buscando el libro Democracia, de Giscard, a ver si se aclaran sobre el tema.
Ornella Mutití elegía lencería íntima en la sección de jovencitas:
-Chico, es que he engordado cantidad y no me va nada.
-A lo mejor te voy yo.
Pero se la lleva la marabunta.
José María Ruiz-Gallardón ha venido a comprar un bozal reglamentario para su hidra soviética.
-¿Es que muerde?- le digo.
-No, pero pide amnistía.
Y se lo traga un probador.
Carmen Sevilla busca madejasde lana azul celeste para hacer punto.
-La mujer malcasada, la pierna quebrada- le susurró.
Fernando Suárez, como es tan alto, no encuentra su talla en la boutique de caballeros.
-Pregúntale a Haro TecgIen donde se hace la ropa -le digo-, porque físicamente sois muy iguales.
-Pero hay diferencias ideológicas- se lamenta.
Eso al sastre le da igual.
El señor De la Mata Gorostizaga va de acá para allá y no compra riada. Yo creo que ha venido a olvidar en la vorágine su fracaso sindical en las Cortes. Miguel Angel Lombardía, gran pintor asturiano, pasea su barba y su melena por entre el ruido y la furia de los grandes almacenes.
-Pues ya ves, macho, que he venido a exponer a Madrid.
Doña Lola Flores busca un Lazo de Isabel la Católica rebajado, que diceque el que tenía se le ha deslucido mucho. Yo sólo venía a las rebajas de voyeur, pero me llevo un paraguas rojo como el de Azorín, a ver si me vuelvo maurista, ahora que han quitado el TOP y ya no tiene gracia ser progre.
